· Turistas solidarios con lo ocurrido.

Así como el jueves parecía que los turistas no estaban tan afectados por lo ocurrido como los residentes, ayer muchos se acercaron al lugar de los hechos por curiosidad, con solidaridad y con respeto.

· Flores en el cordón. A lo largo de la mañana, la gente fue dejando una decena de ramos de flores al principio del cordón policial como muestra de apoyo a las familias de los fallecidos. Cuando se abrió el cerco, a la una y cuarto de la tarde, se transportaron las flores al lugar exacto de la explosión.

· Limpieza, arreglos, revisiones. En ese proceso de vuelta a la normalidad, se incluye la labor de los equipos de limpieza del municipio de Calvià, los arreglos en el centro de salud –donde se tomaban medidas para sustituir un cristal que saltó por los aires– y las mediciones de los niveles de gas en el lugar de la explosión.