La dueña de un conocido restaurante situado en la carretera de Palma a Manacor, y que optó por explicar a la Policía sus sospechas sobre la presunta trama, asegura que fue víctima de seguimientos tras denunciar el caso.

La empresaria denunció este acoso en septiembre del 2008 ante la Guardia Civil y asocia la persecución a sus gestiones ante la cúpula de Unió Mallorquina para informar de la trama.