Rajoy no puede preguntar ni la hora sin un guión. Pese a ello, y conforme va perdiendo elecciones, se siente dotado para la improvisación. Por eso, llamó anoche "Pepó" al "Pepé", fechó las gallegas el uno de enero y, en un patinazo que intentó corregir sobre la marcha, comunicó a los militantes congregados en el acto de despedida de Estarás que la eurodiputada no será la aspirante popular en las próximas autonómicas. Cerró su charla –subrayada por aplausos más protocolarios que emotivos– con un revelador "el próximo presidente del Govern va a ser alguien del PP, Rosa". La introducción apresurada del nombre de la eurocandidata pretendía corregir la anticipada selección del sexo del próximo líder de la derecha balear.

En una semana, Rajoy se ha visto obligado a salir en defensa de Trillo, Camps y Estarás. Gobernar la oposición es más duro de lo que parece. La angustia disculpa que hable del "careto" de Zapatero, o que lo describa con el despectivo "un personaje". Mientras arrasa Guardiola, el presidente del PP se aferró reiteradamente a la doctrina positifa de Van Gaal, el estadista más citado en su intervención. No debió entusiasmarle que se hablara más catalán que en un mitin de ERC.

Antoni Pastor llegó al acto con 40 explícitos minutos de retraso. Carlos Delgado hablaba con cierta melancolía de "cuando deje de ser alcalde". Jaume Font mantiene la energía, pero la sabe disipada en un partido embargado por la nostalgia y que reclamaba alguna explicación adicional de?Rosa Estarás. La número diez de la lista del?PP a las europeas se besó gélidamente con Antonio López Istúriz, a quien ha desplazado maniobrando en los despachos. El secretario general del Partido Popular Europeo fue humillado hasta el punto de que ni siquiera intervino en el mitin de ayer, después de una eternidad en Bruselas.

A la todavía presidenta del?PP balear sólo faltó que le regalaran anoche el reloj de la jubilación. No incurrió en la locuacidad de Rajoy, era consciente de la embarazosa situación que supone criticar desaforadamente al Pacto de?Progreso y poner pies en polvorosa. No efectuó la mínima indicación sobre sus ambiciones en Mallorca, ni siquiera anunció explícitamente que se marchaba a Europa. Según la doctrina ayer escenificada, lo mejor para el?PP balear es que su presidenta esté lo más lejos posible de Balears.

La irritación de los correligionarios de Estarás no es ajena al gran negocio que ha hecho, al dejarlos al pairo. Cuando achacaba a las distintas administraciones socialistas "el futuro hipotecado de nuestros hijos", cabría reprocharle la excesiva personalización, porque sus allegados van a verse agraciados a partir del 7-J con la duplicación de su salario, por no hablar de privilegios que triplican su actual percepción. Una jubilación dorada, disonante con sus exaltadas reclamaciones de austeridad.

Para que el Telediario captara a Rajoy en directo, los prolegómenos corrieron a cargo del alcalde de Bunyola, Jaume?Isern, y de Joan Rotger, más conocido como el Rotger equivocado. El primero pronunció la frase "cuando Rajoy sea presidente del Gobierno, que seguro que lo será", acogida con un ostentoso silencio. El presidente del?PP quiere ganar sin cambiar. Ayer desempolvó a su famosa niña, la misma que le hizo perder las generales. Ha crecido aceleradamente, ya tiene 16 años pero su tutor la sigue llamando "niña". Se quejó de que pudiera decidir sobre su embarazo, pero un público con mujeres tatuadas tampoco le refrendó en esta cruzada. En la audiencia había más enemigos de Zapatero que amigos de?Rajoy.