Los primeros teletipos llegados a esta redacción hacían temer un incidente diplomático provocado por tres ciudadanos mallorquines en Rusia. "Las autoridades de la ciudad rusa de Vorkutá, en el Círculo Polar Ártico, expulsaron a tres periodistas españoles que rodaban un documental sobre las represiones estalinistas", aseguraba la agencia Efe haciéndose eco de la agencia Interfax.

Los tres periodistas en cuestión respondían a los nombres de Tomeu Coll Escarrer -en realidad fotógrafo freelance-, Catalina Escarrer Bauzà -que en la actualidad trabaja como técnica en el sindicato CCOO- y Marina Planas Antich -redactora en una productora que trabaja para Televisió de Mallorca-, como confirmó más tarde a este diario el propio Tomeu Coll.

"Llegaron aquí con visados de turista, que no les da derecho a realizar actividades profesionales en Rusia", proseguía Efe atribuyendo estas palabras a Ígor Shkurat, jefe del departamento territorial del Servicio Federal de Migración de Rusia que agregaba que "los periodistas fueron detenidos y conducidos al Departamento del Ministerio del Interior, dónde se levantó un acta por falta administrativa tras lo que abandonaron en tren Vorkutá con dirección a Moscú".

Esta última circunstancia sí se ajusta a la realidad. Los tres mallorquines, vecinos de Palma, se encontraban ayer viajando en tren desde Vorkutá, ciudad perdida en el Círculo Polar Ártico ruso, hacia Moscú, adónde tenían previsto llegar a las 10,30 de la mañana de hoy tras un viaje de más de cuarenta horas de duración.

DIARIO de MALLORCA pudo contactar ayer telefónicamente con Tomeu Coll, que explicó su versión de todo lo acontecido en la remota localidad rusa.

"Nuestro único error consistió en no registrar nuestra llegada a Vorkutá en la comisaría de la policía el primer día de nuestra estancia allí, algo obligatorio en Rusia. Lo dejamos pasar y al final los agentes nos pararon y nos obligaron a registrarnos como toca. Porque allí, en Vorkutá, es difícil pasar desapercibido ya que no saben lo que es un turista y la gente nos miraba como a seres extraños", relató Tomeu Coll. "Nos tocaban para ver si éramos seres reales", añadió una de sus compañeras.

"A raíz de este pequeño incidente, alguna agencia rusa y algún que otro periódico local difundió que las autoridades nos habían detenido y que nos habían expulsado, pero nada más lejos de la realidad. Ayer (por el pasado martes) cogimos el tren para el que habíamos reservado billete y mañana (por hoy) llegaremos a Moscú. Al parecer allí nos esperará algún representante de la embajada española, que se ha preocupado por todo este asunto", prosiguió el relato de su aventura el fotógrafo mallorquín.

Tomeu Coll admite que el año pasado, durante otra visita a esta zona, sí realizó un documental gráfico sobre la represión estalinista en la zona, pero que ésta no era la motivación principal del viaje actual junto a sus dos amigas, también residentes en Palma. "Queríamos hacer algo, a título personal y sin ánimo de lucro preconcebido, sobre la última ciudad rusa en el Círculo Polar Ártico. Reflejar su pasado, su historia y su porvenir. Qué hace la gente para sobrevivir en esta región tan inhóspita que, ahora en primavera, soporta unas temperaturas mínimas de veinte grados bajo cero. Y todo con una sonrisa en la cara. Porque esa es la mejor impresión que nos llevamos. Lo increíble que es la gente, la amabilidad con la que te tratan", acaba Tomeu.