Más allá del simbolismo político que tiene gobernar una capital de provincia y de comunidad autónoma, el peso demográfico de Palma justifica por sí solo los esfuerzos que realizan todos los partidos políticos que compiten en las elecciones municipales por la hegemonía en Cort.

Palma es el primer municipio del archipiélago porque en él residen el 37% de los habitantes de las islas. La ciudad cuenta con un volumen de vecinos extranjeros con derecho a voto que, de acuerdo con los últimos datos, representa casi el 12% de los electores en los comicios locales. Del total de ciudadanos mayores de edad empadronados en la capital, en torno al 19% por ciento son extranjeros, por lo que entre el colectivo inmigrante la condición de elector está reconocida, hoy por hoy, al 60,6%. Esto significa que, al igual de lo que ocurre en el conjunto de Balears, entre los extranjeros de Palma son mayoría los que pueden votar.

Entre quienes sí tienen reconocido este derecho en Palma, el 60,4% es europeo y el 39,6% restante lo conforman argentinos, colombianos, ecuatorianos y peruanos. De los colectivos de nacionales de países de la UE con derecho a voto, el más numeroso en la capital es el de los ecuatorianos (14,3% de los potenciales votantes foráneos), seguido de argentinos (12,1%), búlgaros (11,2%), colombianos (11%), italianos (10,9%) y alemanes (10%).

Con estas cifras, que podrían incrementarse de cara a los comicios de 2011 si se alcanzan nuevos acuerdos de reciprocidad electoral, cualquier partido que opte a gobernar o tener presencia en el ayuntamiento de Palma hará bien en tener presente al colectivo inmigrante en su campaña electoral.