La conselleria de Agricultura y Pesca soltó ayer 2.600 corvinas en la bahía de Palma en el marco de la campaña de liberación de esta especie que prevé reintroducir durante este ejercicio 10.000 peces. La corvina es una especie extinguida desde los años sesenta y de un gran interés comercial.

A pesar del mal tiempo, la consellera del departamento, Mercè Amer, acudió ayer al Portitxol, junto a la directora general de Pesca, Patricia Arbona, para hacer un seguimiento de las tareas de reintroducción en el mar de estos peces que están criados en cautividad en el Laboratorio de Investigación Marina y Acuícola de la conselleria.

En octubre ya se liberaron mil ejemplares en el Puerto de Andratx y otro millar en Alcúdia. Además de las 2.600 especies soltadas ayer, durante el mes de diciembre se reintroducirán otros mil peces en Palma.

Los ejemplares soltados ayer son "juveniles de corvina" de una talla media de 14 centímetros, de un peso de 35 gramos y de cinco meses de edad. Según especificó la conselleria en un comunicado, todos ellos están criados en cautividad en el laboratorio a partir de reproductores de corvina salvajes.

Estos ejemplares cuando están es estado juvenil viven en aguas poco profundas y sobre fondos arenosos. En cambio, los adultos se encuentran en aguas mucho más profundas y pueden llegar a alcanzar los dos metros de longitud y los 75 kilogramos de peso.

Valor comercial

La consellera del ramo explicó que quieren recuperar la corvina porque "puede ser muy atractivo para los pescadores de artes menores debido a su valor comercial". Además, puntualizó que su reintroducción en el mar supone la regeneración de la biodiversidad marina, ya que es un pez que ya existía en aguas baleares hasta mediados del siglo XX.