Si la Platja de Palma pasa por el quirófano, será Margarita Nájera la encargada de "aplicarle un cierto nivel de cirugía" . La operación consiste en "revitalizar" una zona de 1.000 hectáreas, diez kilómetros de playa y 25.000 habitantes, es decir, casi tanta gente como en Inca. El enclave tiene una particularidad: con dos millones de visitantes, recibe más turistas al año que Cuba. Después de pasar por la conselleria de Trabajo, la ex alcaldesa de Calvià estrena el cargo de (¡no se asusten por el nombre!) Comisionada del Gobierno central para el Plan de Recualificación Integral de la Platja de Palma. O lo que es lo mismo, jefa de un proyecto comatoso desde hace cuatro años.

-Para que nos podamos aclarar. Diga cinco cosas que verá el ciudadano cuando la reforma de la Platja de Palma haya concluido.

-Más que ver, le puedo decir lo que sentirá: Que vive y que está en uno de los mejores destinos turísticos del mundo. Será el mejor lugar para vivir.

-¿La mejor fórmula para que un proyecto se eternice es nombrar una comisionada?

-[Ríe] No, el chiste se refiere a la creación de comisiones. Ayer [por el pasado jueves], cuando acabamos la reunión, el ministro de Industria y Turismo, Miguel Sebastián, me dijo: ´Me temo Margarita que vas a ponerme deberes´.

-Es decir, ¿si hubieran querido hacer el paripé hubieran buscado a una política con un perfil más domesticable?

-Ponerte al frente de un proyecto de estas características requiere un pelín de valor, en el sentido de vencer el escepticismo y la inercia de que se paren los temas en las administraciones. Quizá por la configuración del consorcio [formado por los Gobiernos central y autonómico; los ayuntamientos de Palma y Llucmajor; y el Consell de Mallorca], se producía una especie de neutralización entre ellos. Quizá lo que faltaba era la figura que tire de ese proyecto.

-Desde que se anunció hasta ahora han pasado cuatro años. ¿Quién dice que no pasarán otros cuatro de inoperancia?

-Es muy difícil prometer. Exigimos autos de fe. Yo creo más en lo que uno hace que en lo que uno dice. Hablar es fácil. El proyecto nace con el respaldo del presidente Zapatero y con apoyos y alianzas.

-Que la visita del ministro Sebastián a la Platja de Palma durara 15 minutos, ¿refleja su interés por este asunto?

-A mí me hubiera gustado que fuera más larga. Tuvo un problema en Madrid y no pudo venir antes. A lo que sí se comprometió es a venir antes de final de año y explicar las propuestas de su Ministerio. Él formuló un ´plan renove´ [para los negocios turísticos] de 400 millones de euros que permitirán financiar los tipos de interés de los préstamos.

-¿Cuánto costará la ahora denominada ´recualificación´ de la Platja de Palma?

-No me atrevo a hablar de las inversiones. Ha ocurrido una cosa extraordinaria, en las últimas cuatro semanas me ha llegado un montón de propuestas privadas. Me he reunido con algunas cadenas hoteleras porque quieren convertir hoteles de tres estrellas en alojamientos de cinco. Esto supone una inversión de seis millones de euros por cada uno de los alojamientos. ¿Usted sabe que supone esta apuesta en una época de crisis?

-¿Qué cadenas hoteleras se han comprometido a mejorar sus establecimientos?

-La iniciativa privada se ha creído este proyecto. Hay dos cadenas que delante del ministro se comprometieron: Iberostar y Riu.

-Pero con la que está cayendo, ¿el vicepresidente Solbes aflojará la cartera?

-Hasta ahora el debate ha sido ´Madrid no nos quiere´. No es una cuestión de dinero, sino de ideas.

-Usted de comisionada, Mesquida de secretario de Estado de Turismo, los gobiernos de aquí y de Madrid del mismo color. Si no lo consiguen, apaga y vámonos.

-No es una cuestión de color político. Mira el riesgo que asumo diciéndote esto.

-Pues el ´Madrid me mata´ ha sido la frase favorita los gobernantes mallorquines de uno y otro partido.

-A Madrid vamos todos a llorar. Hay 8.000 municipios en España y un montón de comunidades autónomas. Si vamos a Madrid a pedir y no llevamos los proyectos debajo del brazo, si abandonamos la posibilidad de que Europa participe en un proyecto de estas características, no obtendremos nada. A Madrid hay que ir con proyectos. Madrid no te pone un duro si no le dices para qué.

-Si la reforma no cuaja porque las administraciones no alcanzan un acuerdo. ¿Renunciará a su cargo?

-Me he metido en este proyecto para tener éxito. Por eso fue importante que nos visitara el ministro, aunque fueran quince minutos, que en realidad fueron cuatro horas.

-No me ha contestado si dimitirá.

-Es que va a funcionar.

-Eso es voluntarismo

-No, eso son ganas.

-Usted fue alcaldesa de Calvià. ¿Magaluf también necesita un retoque como el de la de la Platja de Palma?

-En Magaluf hicimos la primera reforma, en el 1990. Han pasado 18 años. Luego seguimos por Palmanova, que aguanta perfectamente el paso del tiempo, Santa Ponça, Paguera y los 35 kilómetros del paseo de Calvià. Claro, esta labor hay que continuarla. Supongo que los ciudadanos le dirán a su alcalde: ´Siga usted con este proceso´.

-¿Tenemos que tomarnos en serio la idea de construir una sucursal del Museo del Prado?

-Puede ser una idea. Yo he hecho un contacto. El museo tiene un sótano que da para otras cuatro pinacotecas.

-Pero, ¿tiene visos de realidad?

-Vamos a explorar esa posibilidad. Yo estaba todavía en la conselleria de Trabajo cuando se empezó a analizar lo que hacían en Abu Dhabi o Dubai. Tanto el Guggenheim, como el de París o el de San Petersburgo estaban barajando la posibilidad de replicar sus museos.

-Usted ha dejado la conselleria de Trabajo cuando las cifras del paro están a punto de dispararse. De la que se ha librado.

-Hombre, noooo [ríe]. Dicho así suena fatal. En la Conselleria llevábamos más de un año trabajando en el peor de los escenarios, que es el que en estos momentos está emergiendo. Nosotros hicimos una aproximación suave que fija el número de desempleados en 60.000, y otra más dura que apunta a los 80.000. Además del trabajo con todas las conselleries, hemos diseñado dos políticas muy valiosas. En concreto, la creación de mil puestos de trabajo con los ayuntamientos y la puesta en marcha de la cobertura de 350 euros al mes [para desempleados que acepten recibir la educación necesaria para desarrollar el empleo que se les ha buscado].

-Desde las oficinas del antiguo Inem los funcionarios aseguran que los parados prefieren cobrar la prestación a trabajar.

-Hay una posición muy cómoda. El problema se suscitará cuando el paro se acabe. No es eterno. Uno de los informes que presenté en Consell de Govern fue el catálogo de puestos de difícil cobertura. Que en ese catálogo nos aparezcan electricistas o cocineros... [frunce el ceño] Yo creo que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades; con cierta comodidad. Mientras el paro me pague, para qué me voy a molestar.

-Este verano no había gente para los puestos de socorrista.

-Es un tema que me llamó muchísimo la atención. Por ejemplo, hoy sabemos que en poco tiempo tendremos carencias de enfermeras. En tres años surgirá un problema porque Son Espases comenzará a funcionar y se van a vaciar las [clínicas] privadas.

-El anterior Govern de Jaume Matas está bajo sospecha. ¿Qué Conselleria se encontró usted? ¿Había descuadres?

-Nos encontramos con una Conselleria un poco parada. Siempre se ha dedicado a repartir dinero para cursos. Había muchos de inglés y de informática de quince días, de acceso a internet de dos semanas... Me sorprendieron los cientos de cursitos que se hacían de todo tipo y que eran más de entretenimiento que de formación. Había muchas academias y gente colgados de la Conselleria.

-¿Quién se ha beneficiado?

-Tienen muchos nombres y apellidos. Se está analizando.

-¿Nos podemos llevar una sorpresa?

-No lo sé. Nos ha tocado el papel más desagradable, el de pedir recibos y justificantes.

-¿La llegada de Joana Barceló [sustituta de Nájera en la conselleria de Trabajo] abre el debate sucesorio de Antich?

-Al president le queda cuerda para rato. Ha madurado muchísimo. En estos años ha aprendido mucho.

-De Antich se dice que es un especialista en dejar pudrir los temas por indeciso.

-No, lo que pasa es que sus tiempos son distintos. Tiene un perfil de hombre tranquilo. Tiene una inteligencia más que emocional que le permite saber en qué momento debe resolver.

-Durante la crisis de UM, le han depuesto y nombrado el conseller de Turismo y él ha tragado.

-En eso ha sido muy inteligente. Es bueno para este gobierno que la persona que tiene la máxima responsabilidad de UM esté ahí. Eso es lo mejor que le podía pasar a este Govern, y que conste que quiero mucho a Francesc Buils. Antich lo ha gestionado bien. No es un hombre que haga muchos aspavientos. Tiene una lógica aplastante y sabe gestionar muy bien las dificultades y complicidades. Es el perfil ideal para un Govern de coalición.

-Tienen fácil lo de gobernar porque con tanta corrupción de sus antecesores las críticas se las lleva el PP.

-Cada martes vamos al Parlament y la oposición nos da hasta en el cielo del paladar. Se trabaja más difícil porque tenemos que hacer las cosas mejor y garantizar que esto no nos pase. El president Antich lo primero que nos dijo es que había que crear una serie de interventores porque el trabajo se tiene que hacer bien. Y muchas veces para hacerlo bien se necesitan plazos más largos y vigilar de cerca.

-Estarás dice que los controles no han mejorado e insinúa que los chanchullos continúan.

-Le debe interesar decir eso y le debe aliviar la pena que lleva en el corazón. La están haciendo jugar un papel de cal déu. No me gustaría estar en su pellejo.

-Pero dice que no han cambiado los mecanismos de vigilancia.

-No. Seguramente no se ha querido enterar de que en cada Conselleria hay un número de interventores que no había antes. En las de más presupuesto, Sanidad y Educación, han puesto 7 u 8 interventores para controlar.