No sé si es más grave aparecer ante la opinión pública como un supuesto malversador y despilfarrador del dinero de todos o como un alto cargo que, ya fuera por dejadez o por falta de competencia, no controlaba lo que se hacía y deshacía en su departamento. En cualquier caso, las declaraciones ante el juez de los implicados son el mejor retrato que se puede obtener de ellos y nos da una idea de cómo eran quienes han estado gestionando nuestros asuntos durante unos cuantos años. Y lo peor es que este caso no es el primero que conocemos.