Juan Francisco Gosálbez, el cerebro de la presunta trama de corrupción en el consorcio de Turisme Jove durante el Govern Matas, permanece desde ayer noche recluido en la cárcel de Palma. El juez de guardia, Antoni Rotger, decretó para él prisión incondicional y sin fianza a petición de la Fiscalía Anticorrupción y la acusación particular, el bufete Pomar, que representa al organismo público.

Otro de los principales imputados, el ex gerente Damià Amengual, eludió la prisión previo pago de 12.000 euros. Por contra, el magistrado dejó en libertad con cargos y sin fianza a la tercera detenida desde el lunes, la esposa de Gosálbez, María Auxiliadora Pérez de Algaba. Además, durante la intensa jornada de ayer -15 horas de actuaciones- la Policía detuvo por orden del Ministerio Público al ex director general de Juventud del Govern de Matas, Juan Francisco Gálvez, y el Grupo de Delincuencia Económica registró su domicilio en el Molinar. Sin embargo, al no hallarse pruebas contundentes contra su persona, la Fiscalía optó por no pedir cárcel para él, y quedó en libertad también con cargos.

Agotadas el máximo de 72 horas que legalmente puede estar un detenido sin pasar a disposición judicial, la mujer llegó sobre las nueve de la mañana al juzgado de guardia, sito en Vía Alemania, esposada junto a otra arrestada. Minutos más tarde Gosálbez y Amengual bajaron también esposados del vehículo policial. El primero iba cabizbajo, presentaba gesto cansado e iba vestido muy informal, con bermudas y deportivas, mientras que al segundo se le vio más entero. El trío pasó a las celdas, junto al resto de delincuentes comunes que esperaban su turno.

El primero en desfilar ante el juez y el fiscal Anticorrupción Pedro Horrach -al que ayuda en este caso Miguel Ángel Subirán- fue Gosálbez, quien asistido por su letrado Octavio Couto se acogió a su derecho a no declarar.

En segundo lugar prestó declaración Damià Amengual, quien se consideró inocente de los delitos que se le imputaban, aunque de su testimonio se ordenaron las posteriores actuaciones judiciales contra Gálvez. El que fue número 2 de la ex consellera Rosa Puig tuvo que comparecer a las cinco de la tarde, y reconoció ayer ante el juez de guardia que no ejercía ningún control sobre el día a día del consorcio -de hecho, dijo que sólo iba a la sede "una vez cada dos meses"-.

Gálvez afirmó sentirse "engañado y defraudado" por su amigo Gosálbez, asegurando que éste "se había aprovechado" de él. Asimismo, el ex director general aseguró no haberse llevado "ni un duro" del consorcio. Gálvez presenció el registro de su domicilio, que se desarrolló desde las 20,30 hasta las 22,30 horas bajo la supervisión de los fiscales Horrach y Subirán, y de donde se requisó documentación y el disco duro de su ordenador, si bien finalmente quedó libre.