En su año inicial al frente de la conselleria de Turismo, Francesc Buils ha concedido esta primera entrevista para hablar del sector, pero también de la falta de presupuestos para promocionarlo, de las relaciones entre partidos en el seno del Pacte y de la situación interna de UM.

-¿Cómo está evolucionando el turismo este verano? ¿Refleja la ralentización económica que afecta a toda Europa?

-Tendríamos datos para un discurso positivo, y otros para uno preocupante. Estamos en un momento difícil, hay datos que indican un enfriamiento o una crisis, el término no me preocupa tanto como el hecho de que mercados importantes se están enfriando y que el gasto está bajando. Preocupa la rentabilidad de las empresas turísticas, hay algunas que tienen una temporada aceptable y otras que pasan por apuros, pero en definitiva estamos en un ciclo difícil.

-El empresariado reclama más promoción. ¿Hay margen para aumentar el presupuesto?

-La Conselleria no fue dimensionada en los inicios de forma proporcional a la potencia turística que tiene Balears. En el ranking de promoción del Estado español, debemos ser la comunidad 9 ó 10 en presupuestos y la 11 ó 12 en el valor proporcional que tiene en el PIB. Siendo líderes estamos a la cola en presupuesto.

-¿Cual será entonces la situación del Ibatur en 2009?

-Este año tendremos un presupuesto más fiable y una memoria real de nuestras necesidades. Hemos introducido con éxito cambios en la promoción, otros para que el Ibatur tenga una estructura más dinámica y promocione por productos. Por tanto, hablaríamos de 65 ó 70 millones de euros para hacer todo lo que necesita Balears, pero actualmente estamos en 24 millones.

-La Conselleria es gestionada por un partido distinto al que ostenta la presidencia del Govern. ¿Es problemático a la hora de negociar con el presidente los presupuestos?

-La actuación del Gobierno es única pero como partido no estoy contento. Como es un pacto, la negociación de presupuestos será de partidos.

-Se suman a esto las demandas de traspaso de competencias al Consell, gobernado por el mismo partido del presidente del Govern.

-No ha habido transferencias efectivas y el Govern ha pactado un calendario. Hay un orden en ellas y las de turismo serán a final de legislatura, tal como quedamos. Es más, un proverbio jesuita dice que "en tiempo de tribulaciones no hay que hacer mudanzas".

-De todas formas, ¿ha notado usted presiones para adelantar las transferencias?

-Demasiadas. Es cierto lo que dice el Estatut. El nuestro es un partido que ha potenciado la Ley de Consells, conocemos lo que dice el Estatut pero somos un partido que siempre respetamos nuestros acuerdos hasta límites que nos han desfavorecido. Véase el tema que nunca potenciamos pero por respeto lo mantuvimos, que fue la ecotasa. Fue un proceso que nos separó del sector turístico de manera notoria y fuimos realmente serios manteniendo el acuerdo firmado con el PSOE. Por tanto, sabemos lo que supone mantener los acuerdos hasta el final, lo hemos llevado siempre a cabo y mantendremos éste.

-¿Cómo definiría su relación con el Consell de Mallorca?

-Los primeros convenios firmados con los consells han sido una excelente muestra de voluntad por parte de este conseller y de UM. No estaban escritos y han salido del presupuesto que en principio debía gestionar la conselleria de Turismo. Los gestos nuestros han sido especialmente positivos, pero salvo excepciones honrosas como el Consell de Menorca, no siempre notamos que estos gestos tengan el resultado esperado, como en el caso de los consells de Mallorca y Eivissa.

-En este primer año de Govern cuenta con un apoyo del sector turístico que no existió durante el anterior Pacte.

-Hemos iniciado modificaciones en la legislación turística, de las que ya habían hablado tres anteriores consellers. Las tenemos a punto, pactadas con el sector. Iniciamos un cambio en la promoción dividiendo por productos, con el consentimiento del sector privado. Después de un año podemos sentirnos orgullosos de cumplir con los acuerdos prometidos.

-UM cumplirá con los pactos, decía usted, y hablando del partido, ¿Cómo lo ve tras el cambio de dirección?

-Yo he participado en este congreso, fui parte de este apoyo a la dirección y todos los procesos de renovación tienen sus momentos. El acuerdo al que se llegó me pareció positivo y pienso que tiene que fundamentarse en marcarse objetivos y poner el timón en el rumbo marcado.

-¿Deberían producirse cambios?

-UM no tiene que reinventarse, tiene un poso ideológico y fundacional muy importante. Lo que toca es organización, trabajo y disciplina.

-¿Cómo valora los comentarios sobre la necesidad de una mayor capacidad de liderazgo de la actual dirección?

-Le aseguro que en la etapa donde este liderazgo público parecía único, en realidad había un equipo de personas que organizaban, trabajaban y llevaban a cabo todos los proyectos marcados. No creo que el liderazgo de un partido sea exclusivo de una persona, incluso cuando Maria Antonia Munar, con toda la gran capacidad e intuición que tienen todas sus decisiones, tras ella, que era un gran líder, había un gran equipo. Confío en que el equipo que en estos momentos está dirigiendo el partido sea capaz. Personalmente creo que los liderazgos deben forjarse y todo el mundo tiene margen de mejora, y no hay dudas de que todo esto es posible y que en breve tiempo se notará el cambio.

-Si hubiera un congreso en ciernes...

-No preveo un congreso en ciernes.

-...¿Estaría dispuesto a asumir más protagonismo?

-¿Le parece poco el protagonismo que supone representar al partido como conseller de Turismo?

-Al haber tantos movimientos en torno a esta cuestión, se ha hablado de que usted podría adquirir este mayor protagonismo e incluso proponerse para encabezar el partido.

-Nunca me he propuesto para un cargo y no lo haré ahora. Me he movido mucho últimamente, de Londres a París, de allí a Berlín o a EEUU. Mis responsabilidades están en la conselleria de Turismo y haré lo que el partido me demande.

-¿Podría estar interesado el PSOE en contar con su propio conseller de Turismo para que haya una mayor sintonía con Madrid, en momentos en que la reforma de la Playa de Palma parece requerir de personalismos?

-En su momento, desde la Ejecutiva y a propuesta mía, se pidió que no fuera Turismo una de las conselleries de UM. Motivaciones políticas posteriores, y no a petición de UM, hicieron que fuera Turismo una de las de UM. Pactamos esto y estaremos encantados de que Zapatero venga a cortar las cintas necesarias, seremos leales. Lo único que le preocupa a UM es que, una vez publicada la balanza fiscal, llegue financiación real de Madrid para los proyectos necesarios.

-¿Podría haber cambios en la presidencia del consorcio?

-Tampoco cederemos una presidencia que está pactada previamente, donde todos los miembros tienen voz y voto, y exigiremos al Gobierno que cumpla sus compromisos. Si no llegara la financiación por ser UM presidente del consorcio sería una falta de estrategia de Estado importantísima. Si fuera este el problema, tampoco lo sería porque UM no se negará a la posibilidad de recibir financiación para la comunidad por un cargo de este tipo.

-Hablaba antes de recibir financiación real, un asunto que no acaba de cuajar ¿Cree que el Gobierno central asumirá sus compromisos en esta materia?

-En base a mi experiencia de casi 20 años, expectativas pocas. Madrid, con gobiernos del PP o PSOE, ha valorado siempre a Balears en base a la población y, por tanto, valoración nula. Tras las balanzas fiscales publicadas, se puede afirmar con rotundidad que hemos pecado de ser excesivamente solidarios con el resto del Estado y es un agravio comparativo lo que ha pasado con Balears estos años, y ahora parece haber un sentimiento de que esto existe.

-Si se ha admitido el error, ¿Habría entonces esperanzas de cambio?

-Esperemos que desde Madrid se perciba como un error, por no decir un agravio. Todo hace pensar que es mejorable y que durante estos meses podamos tener un cambio. La percepción que tengo de las relaciones, sobre todo en los temas que me afectan como Playa de Palma, es que Moncloa tiene voluntad real de invertir. Hasta ahora no han fallado en los compromisos y no tengo que pensar que van a fallar, pero la maquinaria administrativa de Madrid ha sido ciega con Balears tantos años que, como nacionalista y liberal, déjeme que dude de que se produzca en las condiciones que necesitamos.

-¿Asumiría el protagonismo en la defensa de las transferencias a Balears?

-UM debería seguir profundizando en su concepción liberal, y que las administraciones asuman las deficiencias que perjudican a la persona y al administrado. Se debe hacer un llamamiento al empresariado, que es consciente de que el discurso de UM es real y que se necesita un lobby de presión. Esto sería un buen objetivo que debería marcarse UM , así como recoger lo que no hicimos bien, como las personas que creen en nuestra tierra y la capacidad de autogobernarnos, y que por error suyo o nuestro están en otros sitios, con partidos que han demostrado ser incapaces de cumplir con los intereses de Balears.

-¿Sus objetivos políticos actuales se centran en concienciar sobre un mayor autogobierno?

-Estos son los objetivos de UM en la legislatura: convencer al empresariado que apoye a un partido que no se deba a los votos de Castilla o Andalucía, y convencer a mucha gente importante, capaz y con un perfil limpio, de que el proyecto con futuro es que se necesita un mayor gobierno aquí. Seremos leales a la acción de gobierno pero, UM sigue jugando su papel de mejorar la financiación, los servicios, y de subsanar errores históricos.