¿Está aumentando la población de medusas? "Esta es la pregunta del millón", bromeaba ayer Diana Alonso, bióloga marina y técnica del Palma Aquarium. El posible crecimiento de la población de estos invertebrados es un tema que se estudia en profundidad desde los años 80, pero todavía no se ha llegado a una conclusión definitiva.

La evolución de la población de medusas es cíclica, explicaba la bióloga. Cada 10 años, aproximadamente, se produce un ciclo de 3 ó 4 años en los que se constata un aumento considerable de medusas en las costas. Este ciclo, hoy, se está alargando. ¿Por qué?

"El cambio climático, el aumento de la temperatura, la sobrepesca y disminución de los depredadores de las medusas o la escasez de lluvias son algunos de los motivos para que cada vez aparezcan más bancos de estos animales", indicaba Diana Alonso. "Los inviernos tan cortos y cálidos que estamos teniendo en estos últimos años provocan diferencias de la temperatura del agua, que crean corrientes submarinas, responsables de arrastrar las medusas hacia el litoral", explicaba. También se ha producido una disminución de los depredadores de medusas, como las tortugas. Aún así, Diana Alonso insiste en que "todo esto son suposiciones.Todavía no existe una respuesta científica consensuada."

El problema es que, año tras año, las plagas de medusas que invaden el litoral en la época estival aumentan, sobre todo en el Mediterráneo, aunque por el ciclo de reproducción animal sería más lógica su frecuencia en primavera. Según datos de la Cruz Roja, durante el año 2007 se realizaron en España 129.145 asistencias en las 513 playas que atiende esta entidad. El 60 por ciento de las asistencias fueron debidas a picaduras de medusas, peces araña y otros animales marinos. En total, más de 70.000 personas fueron atendidas por contacto con estos invertebrados. Además, Cruz Roja afirma en los últimos dos años el porcentaje de asistencia sanitaria por picadura de medusas ha pasado de ser de entre un 45 y 48 por ciento a un 60 por ciento durante el verano.

"Las medusas existen desde antes de los dinosaurios. Se calcula que tienen entre 600 y 700 millones de años", explicaba Alonso. "Los fósiles que se han encontrado en Australia demuestran que la especie casi no ha evolucionado. No lo ha necesitado", añadía.

El cuerpo de estos invertebrados está compuesto por un 95 por ciento de agua, hecho que les proporciona un camuflaje perfecto y les da la capacidad de flotar. Las medusas se mueven con las corrientes marinas, se dejan arrastrar. Sus tentáculos, provistos de células urticantes, sirven como defensa y como arma para la captura de presas. "Pero estos invertebrados nunca atacan, somos nosotros los que chocamos contra ellas", insistía Diana Alonso.

Las recomendaciones generales para tratar una picadura de medusa son: no tocar con las manos la zona afectada, aplicar agua salada o suero fisiológico -nunca agua dulce, ya que podría activar aquellas células que aún no han reaccionado- y eliminar los restos con unas pinzas u otro objeto de borde fino, como una tarjeta de crédito. Para mitigar el dolor, se debe aplicar frío local y evitar el calor, ya que este favorece la absorción del veneno.

Los grupos de alto riesgo son los niños, alérgicos, personas con antecedentes de picadura y afectados por problemas cardíacos.

Todo esto se explicaba ayer en una rueda de prensa en el Palma Aquarium para presentar un fotoprotector de Isdin que, además de proteger la piel contra los rayos solares, repele las medusas, evitando así las molestas picaduras. Para demostrar su eficacia, la deportista Gisela Pulido, tetra-campeona mundial de kitesurf, se sumergía en un tanque plagado de medusas.

Josep Montero, farmacéutico de Isdin, hacía una serie de recomendaciones a la hora de utilizar cualquier fotoprotector: se debe aplicar en casa, con la piel muy seca y al menos 30 minutos antes de la exposición solar ya que, en caso contrario, pierde la totalidad de su efecto.