Un estudio del Instituto Español de Oceanografía (IEO) sobre el cambio climático en el Mediterráneo ha constatado que, desde la década de los noventa, coincidiendo con un considerable aumento de las temperaturas, se está elevando el nivel del mar. Esta subida ha sido cifrada entre 2,5 y 10 milímetros por año, lo que implicaría que, de seguir esta tendencia, el nivel de las aguas subiría entre 12,5 centímetros y medio metro en los próximos cincuenta años.

Así lo refleja el libro Cambio Climático en el Mediterráneo Español, elaborado por científicos del IEO en colaboración con investigadores de CSIC y de la UIB, entre otros, con mediciones directas y objetivas realizadas desde el año 1948 que han determinado que esta zona ha sufrido un considerable aumento de la temperatura del agua y del aire desde la década de los setenta, así como una rápida subida del nivel del mar desde los años noventa.

Manuel Vargas, uno de los autores principales de la publicación, que desarrolla su trabajo en el Oceanográfico de Málaga, señala que "el aumento de la temperatura y de la salinidad condiciona el nivel del mar. La elevación de la temperatura del agua aumenta su dilatación y, por tanto, se incrementa el nivel del mar".

Medio grado más

Según las mediciones del estudio, desde 1948 hasta mediados de los setenta se produjo un descenso de la temperatura, tanto del aire como de la capa más superficial del mar, pero desde esta fecha se invirtió la tendencia. El aumento detectado oscila entre los 0,12 grados centígrados y el medio grado.

"El aumento puede parecer pequeño, pero hay que tener en cuenta que para que varíe la temperatura marina, el Mediterráneo, dadas sus dimensiones, ha de absorber una cantidad gigantesca de calor", aclara Manuel Vargas, para quien esta situación es una evidencia de que se está produciendo un cambio en el clima.

También se ha producido en el Mediterráneo un aumento de la salinidad, lo que es un claro reflejo de la disminución de las precipitaciones, así como de la merma, en su vertiente peninsular, del aporte de los ríos, debido a las construcciones hidráulicas.

"Y no sólo evidencia un descenso del agua que se vierte, sino también un incremento de la que se evapora a consecuencia de este aumento de las temperaturas", remacha el físico del Instituto Oceanográfico malacitano.