Gennadios Petrov reconoció ayer ante el juez Baltasar Garzón sus contactos con los máximos jefes de la mafia rusa, no sólo de la que actúa en España, sino en los más importantes países europeos.

El juez de la Audiencia Nacional se trasladó ayer a Mallorca expresamente para tomar declaración a las cuatro personas detenidas en el transcurso de la operación Troika. Declararon en el juzgado de Palma, donde se había habilitado una sala especial. La Guardia Civil se encargó de la vigilancia, tanto interior como exterior, del edificio del juzgado. Garzón llegó hacia las diez de la mañana con una espectacular comitiva de coches. Le acompañaban varios funcionarios y los fiscales que están participando en esta investigación. Los funcionarios se marcharon sobre las dos de la tarde. Tenían previsto viajar a Málaga para tomar declaración al resto de detenidos en esta operación.

El juez mantiene el secreto del sumario. El primero de los detenidos al que interrogó fue al máximo ´capo´ de este grupo mafioso. A Petrov se le preguntó sobre una serie de empresas que se han utilizado para blanquear decenas de millones de euros. El detenido contestó a todas las preguntas. Varias de ellas se refirieron a sus conexiones con los más altos personajes de la mafia rusa que están repartidos por varios países. El vecino de Calvià reconoce que mantenía vínculos empresariales con estos individuos, lo que en cierta forma demostraría, según explicaron fuentes próximas a la investigación, que habría reconocido su pertenencia a estos grupos mafiosos.

De los otros tres detenidos, Salikov Mahajlovic, Leonid Khristoforov e Ioulia Esmolenko, los dos primeros contestaron a las preguntas que les formularon los tres fiscales presentes en la declaración, entre los que estaba el fiscal anticorrupción de Balears, Juan Carrau, que después también viajaría a Málaga para estar presente en los otros interrogatorios. Los detenidos estuvieron defendidos por los abogados Gaspar Oliver y José Zaforteza.

Las preguntas de los fiscales se centraron en la relación que mantenían con las empresas pantalla que han descubierto y, sobre todo, en los negocios que mantenían entre ellos. También se les interrogó sobre qué tipo de actividades desarrollaban en España.

Una vez concluido el interrogatorio el juez Garzón ordenó el traslado de los detenidos en Madrid. No se les ha permitido mantener contacto entre ellos. De hecho, ayer fueron trasladados a Madrid en distintos vuelos comerciales. El juez, además del traslado, ha prolongado la detención y no será hasta mañana cuando se determine, en su despacho de la Audiencia Nacional, si van a prisión o quedan en libertad.

La fiscalía imputa a los detenidos los delitos de asociación ilícita, blanqueo de capitales, falsificación de documento público y mercantil, y contra la hacienda pública. Fuentes judiciales señalaron que las declaraciones de los detenidos confirmaron todos los cargos. Debido al secreto del sumario la declaración de los cuatro ciudadanos rusos no ha trascendido.

Con independencia de las explicaciones que ellos dieron, tanto la Guardia Civil como la Policía si-túan a Petrov en lo más alto de la organización mafiosa. Pesan sobre él las pruebas obtenidas en una investigación que se ha prolongado durante diez años. El jueves fueron intervenidas un centenar de cuentas bancarias en distintas oficinas de Mallorca. Los saldos económicos encontrados superan los doce millones de euros, amén de otros bienes.