El Cuerpo Nacional de Policía arrestó ayer, a primera hora de la mañana y en una operación que se precipitó debido a filtraciones, al ex director gerente de la empresa pública del Govern Bitel en el anterior Ejecutivo del Partido Popular, Damià Vidal Rodríguez, y a otras tres personas, por una presunta malversación de fondos de más de 700.000 euros. La Policía y la fiscalía anticorrupción buscaban anoche a más implicados en el caso, que fue denunciado por el actual Govern de centro-izquierda a principios de mes.

Las detenciones de Vidal, que aparece como el cerebro de un entramado societario para vaciar las arcas de la empresa pública de muy distintas formas, y de los otros presuntos implicados estaban previstas para mañana lunes. El operativo tuvo que adelantarse a ayer tras saberse el viernes por la noche que un diario de difusión nacional pensaba publicar la noticia sobre la denuncia del Govern.

Los otros implicados en el que podría llamarse caso Bitel 2 son los hermanos Iván y Alexandre Guardia Hernández y Juan Antonio Romaguera Bosch, que al mediodía ya quedó en libertad. Su padre, abogado de profesión, prestaba ayer tarde declaración ante la Policía y anoche quedó en libertad.

Damià Vidal, Iván Guardia y de La Iglesia formaron la primera junta directiva del Colegio Oficial de Ingenieros en Informática de Balears.

La empresa pública Bitel adquirió fama en el año 2000 cuando el primer Govern de Francesc Antich denunció ante los juzgados el pinchazo del correo electrónico del desaparecido dirigente socialista Francesc Quetglas, entre 1998 y 1999. Damià Vidal fue contratado por Jaume Matas para hacer un informe pericial en esa causa, que resultó clave para exculpar al dirigente del PP. Matas, cuando recuperó el Govern en 2003, escogió a su antiguo perito para dirigir la empresa Bitel.

Los investigadores presumen que Damià Vidal pudo vaciar las arcas de la empresa que dirigía gracias a un entramado de otras cuatro sociedades, con las que estarían vinculados el resto de implicados. Las sospechas sobre el importante descuadre en Bitel surgieron cuando el nuevo equipo de responsables designado por el Govern de Antich halló números descuadres en los gastos e irregularidades en varios expedientes de contratación.

La parte principal de la presunta malversación nace de los encargos que el director gerente hizo a un grupo de unas cuatro empresas para la realización de supuestos trabajos. Estas contrataciones se habrían hecho sin concurso, a dedo, siempre a las mismas sociedades y sin que exista constancia del trabajo efectivo realizado a cambio. Se cree que eran sociedades ficticias utilizadas para apoderarse de los fondos de Bitel.

Los actuales gestores de Bitel se han encontrado con que se pagaron decenas de miles de euros por informes y dictámenes inexistentes o que se habían bajado de Internet, como hacen los malos estudiantes.

Los cargos que se le imputan a Damià Vidal ocurrieron entre 2003 y agosto del 2007, cuando fue destituido de su cargo. Los investigadores piensan que el gerente de Bitel se rodeó de una serie de estudiantes o recién licenciados en ingeniería informática, a los que habría convencido para crear las empresas y desviar los fondos públicos. Llaman la atención en ese sentido las edades de los otros arrestados: Iván, 28 años; Alexandre, 30; y Juan Antonio, 26. Anticorrupción también imputa a Vidal el uso fraudulento de una tarjeta de crédito de Bitel. Con esa tarjeta se pagaron, entre otros cargos, varios miles de euros en comidas lujosas, que no tienen mucha explicación en el funcionamiento interno de una empresa pública, cuyos clientes son también del sector público.

El principal acusado también se habría realizado varios autopréstamos con dinero de la empresa (por cuantías de 27.000 y 9.000 euros) y se compró un todoterreno.