Bajo el lema ´Queremos una casa, no una hipoteca´, unos setenta jóvenes se concentraron ayer en la plaza de Cort para reivindicar el derecho a una "vivienda digna" por las calles de Palma. La protesta culminó en la plaza de España cuando los manifestantes esquivaron la presencia policial y cortaron unas confluidas Avenidas. Fue cuestión de minutos pero el colapso de coches fue evidente.

Los ciudadanos que ultimaban sus compras navideñas miraban atónitos a los jóvenes que invadieron las Avenidas y mientras ellos seguían gritando sus consignas, los conductores enfadados hacían sonar su claxon en señal de protesta. En nada, la circulación recuperó la normalidad. Los agentes les retuvieron en medio del arcén para evitar que invadieran de nuevo las Avenidas. Al final, los concentrados volvieron, conducidos por los agentes, al centro de la plaza de España, cuyos accesos estaban cerrados por una docena de policías.

Esta manifestación, que estaba enmarcada en una protesta a nivel estatal, no contaba con autorización. Por ello, el recorrido de la plaza de Cort hasta la de España transcurrió bajo una importante vigilancia policial. Los manifestantes repartieron folletos entre los ciudadanos para hacer patente su protesta.

Los jóvenes gritaban consignas como "Queremos una casa, no una hipoteca", "Queremos un pisito, como el del principito" o "la especulación, solo es corrupción". Durante el recorrido, los manifestantes dejaban anuncios de ventas de pisos por un módico precio. Por ejemplo, según sus cálculos, una vivienda en Jaime III debería costar 7.419 euros.