San Nicolás por los Reyes, la fiesta del Sacrificio días antes de la cristiana Navidad o un Año Nuevo que no llegará hasta el 6 de febrero son algunas de las diferencias en las celebraciones de los extranjeros que viven en Balears, unas islas en las que hay tantas Navidades como nacionalidades.

No todo el mundo se sienta a la mesa el 24 por la noche ni se come las doce uvas el 31, pero bien es verdad que la Navidad occidental se contagia, inevitablemente, a algunos.

Como al señor Xu, de la Asociación de Chinos de les Illes Balears, que confiesa que las costumbres del archipiélago sustituyen, en ocasiones, a las tradicionales chinas y que sus hijos celebran estas fiestas igual que los españoles.

Así, los regalos también llegan a los hogares de algunos de los chinos residentes en las islas en la noche de Reyes o de Papá Noel e incluso algunos de ellos se reúnen en Navidad para cantar karaoke, una actividad muy popular en su país.

Pero la Navidad no existe para la cultura china y tradicionalmente tienen que esperar a su Año Nuevo, que en 2008 será el 6 de febrero, para festejar con desfiles y comidas una verdadera fiesta china.

En les Illes, explica Xu, la comunidad oriental, que ascendía a 2.654 personas en 2006 pero que las asociaciones cifran en 4.000, se reúne en Año Nuevo para cenar y contemplan por la televisión china los espectaculares desfiles que se celebran en su país.

Más cercanas a las celebraciones católicas y romanas, pero con algún cambio de fechas, los alrededor de 15.000 ortodoxos residentes en Baleares celebran su milenaria liturgia en dos tiempos: siguiendo el calendario Gregoriano, el que se usa en España; o el Juliano, que tiene una diferencia de trece días con el anterior.

Así, y según explica a Efe el archimandrita Makary, representante del Patriarcado de Moscú, las comunidades ortodoxas de Bulgaria, Rumanía y Grecia festejan la Navidad los mismos días que en Balears; mientras que los rusos, serbios y ucranianos, entre otros, siguen el calendario Juliano y celebran el día de Navidad el 7 de enero.

Por ello, su iglesia, situada en la calle San Miguel de Palma, acoge dos liturgias de vísperas: una del 24 al 25 de diciembre y otra del 6 al 7 de enero, así como otras dos de Navidad (el 25 y el 6).

En cuanto a los regalos, los niños ortodoxos disfrutan de ellos desde el 6 de diciembre, día en que San Nicolás les trajo a casa sus presentes, tal y como relata Makary. Esta tradición, que conmemora al obispo Nicolás que resucitó a tres niños, se mantiene aún por parte de algunos creyentes, aunque otros esperan al 24 por la noche la llegada de Papá Noel.

Aunque el Corán recoge la vida de Jesucristo, los musulmanes no celebran la Navidad, una fiesta eminentemente cristiana. Sin embargo, días antes festejan una de sus celebraciones más importantes: "Aid El Kebir" o Fiesta del Sacrificio, que se conmemoró el pasado viernes 21.

El presidente de la Federación Islámica de Balears, Lounis Meziani, señala que en este día los musulmanes compran un cordero, que lo dividen en tres partes: para consumo propio, para amigos y familia y para los necesitados.

El espíritu caritativo que también reina durante la Navidad se encarna así en la fiesta islámica, que celebraron la semana pasada los 50.000 musulmanes que, según Meziani, residen en las islas.

Otras comunidades, como la argentina o ecuatoriana viven la Navidad de manera muy parecida a los baleares y tan sólo distan de las costumbres de las islas en la gastronomía.

El presidente de la Casa Argentina Balear, Jorge Mandado, explica que los más de diez mil argentinos residentes en las islas comen asado, así como turrones y "pannetone" en Navidad, sus niños reciben regalos el 25 de diciembre o el 6 de enero y los adultos, a diferencia que en España, se regalan el 31 por la noche.