El que había sido el caballo de batalla de la oposición, la defensa del territorio, va a resultar que no lo era tanto, o que quizás era sólo una fachada, algo en lo que no se creía realmente. Quizás no pensaron que les tocaría de verdad cumplir las promesas electorales... Quienes habían arremetido contra el PP por su política territorial, tendrán que dar muchas explicaciones. No es que ahora los de antes fueran menos malos, es que resulta que parece que todos están cortados por el mismo patrón. Y eso decepciona.