Cuando 3.629 personas más se van al paro en Balears en noviembre del 2007, en comparación con las desempleadas del mismo mes de 2006, es normal que se enciendan las luces de alarma. Algunos economistas y varios sindicalistas han coincidido en el diagnóstico de la enfermedad: el agotamiento del modelo de crecimiento económico insular, que en los últimos años ha circulado tirado de las locomotoras de la construcción y del turismo.

La consellera de Trabajo, Margarita Nájera, ha propuesto como alternativa al incremento del paro en los hoteles el alargamiento de la temporada turística para disminuir las semanas de inactividad laboral. La medicina ya es antigua, pero faltan los ingredientes para traer turistas en noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo y, casi, casi en abril. El parón de la construcción requiere otras terapias, como podrían ser programas de rehabilitación o las tan reclamadas viviendas de protección.