Carlos Duarte, investigador del CSIC en el Imedea, prefiere llamar cambio global a la gran amenaza del siglo XXI. No solo está cambiando el clima. Hay que tener en cuenta los impactos que genera la actividad humana en el sistema. Llegamos tarde pero está en nuestras manos minimizar los impactos. Asegura que los cambios en las islas serán más benignos que en la ribera mediterránea. El experto disertará hoy en el Club del diario sobre el cambio global: más allá del cambio climático.

- ¿Cambio climático o global?

- Cambio global. El uso de recursos naturales por la humanidad que genera impacto sobre el sistema Tierra no se limita a la energía. Cada vez utilizamos más agua, territorio o biodiversidad. Los impactos de la actividad humana sobre el funcionamiento de la biosfera es lo que llamamos cambio global. Poner el énfasis en el clima como si fuera lo único que cambia nos puede llevar a tomar decisiones erróneas.

- ¿Qué decisiones equivocadas?

- Las que están propuestas considerando que únicamente cambia el clima. Por ejemplo, apostar por los biocombustibles cuando su producción, que requiere energía, genera más problemas de los que resuelve. Además hemos conseguido vincular la economía del petróleo con la de los alimentos, lo que es algo realmente perverso.

- A lo largo de la historia climática siempre se han registrado cambios. ¿Es correcto hablar de cambio climático?

- Deberíamos hablar de un cambio en el sistema climático. El clima siempre ha cambiado. Ahora hay un proceso nuevo, la actividad humana como fuente de cambios en la atmósfera y en el clima. La sociedad es un actor nuevo que ha cambiado las reglas del juego del sistema climático.

- Olas de calor, el mar se comerá parte de la playa, temporales, desertificación... ¿Es el apocalipsis?

- No. Uno de los desafíos actuales es equilibrar el discurso apocalíptico, que paraliza la sociedad, con la capacidad de vislumbrar las oportunidades. En el cambio global va a haber ganadores y perdedores. Los ganadores serán las sociedades que tomen medidas para atenuar los riesgos. Los perdedores estarán atenazados por el miedo. Estas últimas sociedades buscarán los recursos que no obtienen en su tierra allí donde existan, lo que generará enormes flujos migratorios y conflictos armados.

- ¿Se puede reconducir?

- Hay componentes del cambio climático como el aumento del nivel del mar que tienen mucha inercia, responden lentamente y es muy difícil detenerlos. Todavía tenemos oportunidad de contener los impactos.

- ¿Existen plazos?

- Estamos experimentando cambios importantes derivados claramente de la actividad humana. Ya llegamos tarde pero todavía está en nuestras manos que estos cambios sean más o menos bruscos. No tenemos ni un solo año que perder.

- ¿Cómo podemos responder a los efectos del cambio climático?

- Pequeños cambios en nuestros hábitos de vida pueden tener repercusiones tremendas para paliar este problema. También se debe bajar el debate a nivel de los ciudadanos, no dejarlo en la esfera política.

- ¿Estamos concienciados?

- No. España suspende en cultura científica. Uno de los grandes impedimentos para que la sociedad responda de forma positiva a los desafíos del cambio climático es que los ciudadanos cuenten con la información científica y tengan capacidad de comprenderla para ser capaces de tomar decisiones responsables. Si no conoces las consecuencias, no puedes ser responsable de tus actos. La sociedad balear y la española no los conoce.

- Los expertos auguraban huracanes, temporales y mayores sequías. ¿Las devastadoras tormentas de octubre confirman los peores augurios?

- La ciencia no puede demostrar que un evento particular como la tormenta del 4 de octubre es consecuencia del cambio climático. Es imposible. Pero sí puede afirmar que es más probable que ocurra en un contexto de cambio climático como el actual y que ocurrirán con mayor frecuencia.

- ¿Por qué Balears es más vulnerable?

- Porque es una comunidad insular. La superficie de su territorio donde van a incidir los impactos que el cambio climático tiene sobre el mar es mucho mayor. Sin embargo, los cambios en Balears serán más benignos que los del Levante peninsular. Dentro de la ribera mediterrénea, las islas serán las que sufran menos impactos.

- ¿Cambiará la fisionomía de las costas?

- Las costas van a cambiar pero no es algo nuevo. Las costas ya han cambiado. El nivel del mar llegó a estar 150 metros por debajo del nivel actual. Ahora gran parte de la costa está intervenida por la actividad humana. Hemos situado grandes infraestructuras que interfieren con esta dinámica natural del mar. Estos edificios sufrirán serios daños. Las sociedades avanzadas aceptan que es más rentable retirar poco a poco las infraestructuras de la primera línea que ir reparando continuamente las dañadas. Es retirada planificada que requiere décadas.

- Impactos económicos tremendos.

- Oscilarán entre un mínimo del 1% del PIB global y un máximo del 20%. Bastaría invertir un 5% de esta cantidad para reducir las pérdidas.