El aeropuerto de Palma es uno de los que tiene bastante experiencia en este tipo de actos delictivos porque ha estado relacionado con seis secuestros de aeronaves en su historia. Algunos se produjeron directamente en su pista y en otros era el destino de un vuelo que no llegó a aterrizar en Palma.

Un episodio de gran notoriedad fue el secuestro de un avión en el que viajaba el ex presidente del Congo, Tshombé. Volaba de Eivissa a Palma y fue desviado a Argelia hasta que se consiguió su extradición a su país natal, donde había sido condenado a muerte.

En 1975 un tunecino que quería evitar el servicio militar secuestró un avión libio y pidió aterrizar en Son Sant Joan, donde fue inmediatamente detenido.

Dos años más tarde, un italiano que reivindicaba un asunto familiar -la recuperación de su hija que vivía con la madre, de la que estaba divorciado-, desvió un vuelo Barcelona-Palma para llamar la atención. Recorrió 13.000 kilómetros aterrizando en aeropuertos europeos y africanos hasta que fue detenido en Suiza.

Un hecho muy sonado ocurrió también en 1977, cuando un aparato de Lufthansa que debía cubrir la ruta Palma-Frankfurt, sufrió un acto de piratería perpetrado por cuatro palestinos. El avión se paseó por varios aeropuertos hasta que, tras aterrizar en Somalia, policías antiterroristas alemanes consiguieron liberar a los rehenes y matar a los secuestradores, que habían sido aleccionados por la banda terrorista alemana Baader Meinhof.

Los dos últimos secuestros no han sido sangrientos. Uno de ellos ocurrió en 1994 cuando tres argelinos desviaron un avión de la compañía Air Algerie y lo hicieron aterrizar en Palma. Utilizaron armas blancas y una bomba falsa, pero finalmente, y tras negociar su rendición, fueron detenidos.

El último caso tuvo lugar diez años atrás. Un perturbado compró un billete de Air France y, pese a las sospechas de las fuerzas de seguridad respecto a que era un personaje extraño y podía intentar algún hecho delictivo, finalmente consiguió secuestrar el avión y desviarlo a Suiza con la amenaza de que poseía una bomba. No era cierto y fue capturado en el país donde aterrizó.