Las entidades financieras admiten que puede haber cierre de sucursales
Algunas franquicias inmobiliarias comienzan a cerrar por el descenso en la actividad
F. guijarro. Palma.
El descenso en las ventas de inmuebles no sólo está generando una ralentización en la puesta en marcha de nuevos proyectos por parte de las empresas inmobiliarias. Las salpicaduras llegan mucho más lejos, según reconoce el delegado general de La Caixa en Balears, Robert Leporace.
En su opinión, lo que está sucediendo viene provocado por la salida de una fase de excesivo recalentamiento de la actividad inmobiliaria, aunque este regreso al punto de origen de las ventas se ha visto acompañado de un encarecimiento de los tipos de interés, lo que ha endurecido su impacto. En cualquier caso, se niega a hablar de crisis.
Pese a ello, Robert Leporace admite que la situación va a pasar factura a unas entidades financieras, que en algún caso pueden tener problemas de liquidez por la facilidad con que concedieron créditos y, con carácter más general, van a tener que afrontar un recorte en sus ingresos y un aumento de la morosidad.
En esta coyuntura, pronostico, banca y cajas van a tener que desarrollar una política de contención de gasto que, puntualmente, puede suponer el cierre de algunas sucursales por su escasa rentabilidad, tras una fase de fuertes expansiones.
La buena noticia, en su opinión, es la previsión de que los tipos de interés se van a mantener estables, aunque en las próximas revisiones de las hipotecas los clientes seguirán notando los aumentos de los últimos meses.
El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Balears, Josep Oliver, destaca también el cierre de oficinas por parte de algunas franquicias dedicadas a la actividad inmobiliaria por la caída que se está dando en las ventas.
De momento, desataca, ningún despacho de un API de Balears ha tenido que cerrar sus puertas, pero recuerda que la actividad de estos profesionales no se limita a la venta de inmuebles, sino que también intervienen en alquileres, traspasos o valoraciones, lo que les permite mantener un nivel aceptable de ingresos.
Las islas tienen colegiados a unos 270 agentes de la propiedad, que están interviniendo en una media de dos ventas de inmuebles por mes, una cifra que hace un año se suplicaba.
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