El Partido Popular ha aplicado en Balears a lo largo de la pasada legislatura la misma estrategia de crispación exagerada y vacía que practica a nivel nacional contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La diferencia es que el exceso de presión, el juego sucio y antideportivo, se ha cebado aquí en Unió Mallorquina, el socio de gobierno del PP. También otros sectores de la sociedad insular se han sentido heridos y desasosegados por el mucho veneno difundido por algunos medios de comunicación próximos al PP. Ha sido un error que se va a pagar caro y debería haber una depuración de alto nivel en la fuerza conservadora. El Partido Popular se va a quedar sin instituciones importantes y sin fichas en el juego de subvenciones, ayudas y promociones. Lo malo es que algunos ya piensan en la crispación como táctica en la oposición.