Dicen que quién siembra vientos recoge tempestades. Algo así lleva camino de sucederle a un Matas que dibujó una táctica que implicaba no cerrarse acuerdos con futuros socios de gobierno, como le ha sucedido al PP nacional, pero que a medida que avanzaba la legislatura se dejó llevar por el consejo de fontaneros políticos y mediáticos, que le auguraban que lo mejor era deshacerse de la incómoda Munar, usando todas las tácticas, incluso las más barriobajeras e inéditas en la vida política de estas islas. El PP balear hizo una apuesta por la mayoría absoluta en todas las instituciones, por el todo o la nada. El veredicto de las urnas ha contradicho sus propósitos y puede dejar en inservible lo logrado, porque un 46% de los sufragios del ´solitario´ PP son menos que el 54% que suman sus contrincantes unidos. Los agraviados han decidido dar un paso y la alternativa parece creíble.