Los empresarios turísticos mallorquines han comenzado a diversificar su fuente de ingresos y, a medida que siguen invirtiendo en países del Caribe, Sudamérica y Asia, también se introducen en sectores ajenos al turismo.

La entrada de Fluxá en ACS es un buen ejemplo de ello. El empresario vendió recientemente su división emisora de viajes a la compañía Carlyle, operación que le generó unos ingresos de 900 millones de euros. Este importante monto dinerario lo está dedicando a la expansión de sus hoteles (ya llega al centenar) y ahora, como se ve, a la compra de participaciones en una empresa de construcción de alto nivel como es ACS.

Otro importante hotelero mallorquín, el presidente de la cadena THB, Francisco Miralles, ha optado por introducirse en el ámbito de la promoción inmobiliaria y en el sanitario, con la compra de la Policlínica Miramar. También participa en proyectos mediáticos, al ser adjudicatario de licencias de televisión digital terrestre.

La familia Rosselló, propietaria de la legendaria firma Roxa, diversificó a partir de las tiendas de confección, entrando en la industria hotelera, pero también cuenta con importantes intereses en el sector de automotor.