En puertas de la semana clave de la negociación de los pactos de gobernabilidad, Palma concentra la máxima tensión política. En contra de lo afirmado tras el 27-M por el president Jaume Matas, el PP estaría dispuesto a sacrificar a la alcaldesa Catalina Cirer en aras de un acuerdo global con UM, según dirigentes del oartido. En el seno de las filas conservadoras, se observa esta cesión como una jugada de máximo riesgo, ya que podrían escenificar cesiones para luego no lograr nada. Su defensores consideran que lo importante es garantizar la continuidad del feudo popular balear.

"Todo es negociable. Cirer estará a lo que diga el partido. A lo mejor, ella misma dimite para facilitar el acuerdo", apunta un máximo responsable, que ve posibilidades de pacto con UM, con una fórmula mixta de reparto de años de alcaldía. Otro dirigente considera que "provocaría una crisis importante. Si se hace, con Cirer se irá más gente". Tampoco faltan quienes consideran que "Matas sabe que no tiene opción alguna y juega a dificultar las negociaciones".

En este escenario incierto, "UM sigue a la espera de recibir una oferta en firme del PP", mientras prosigue la negociación con la izquierda. En principio, los socialistas Francesc Antich y Francina Armengol presidirían el Govern y el Consell y la uemita Maria Antònia Munar, encabezaría el Parlament. En estos momentos, se trabaja en la confección del programa de gobierno y en el reparto de áreas de gestión. Los partidos no quieren repetir la experiencia del Pacto de Progreso del 99 y se afanan en la redacción de un plan de actuaciones claro y aceptado por todos, que evite disidencias en temas tan sensibles como el territorial. Revisión del plan territorial, Ley del Suelo, carreteras... son algunos de los elementos que se pretende dejar bien atados, además de los temas sociales y el despliegue del Estatut d´Autonomia, con el que Antich confía atraer inversiones del Estado a las islas. La izquierda no tendría problemas en aceptar que Turismo, una cartera conflictiva en el pasado, fuera gestionada por UM, a la que se augura una recepción más amable por parte del sector hotelero. El partido nacionalista está muy interesado en gestionar IB3, donde también quiere tener cuota la izquierda.

Las conversaciones con la progresía van "por buen camino", según distintas fuentes consultadas, con la salvedad de Palma. Ni la socialista Aina Calvo, con sus once regidores, ni Miquel Nadal, con sus dos, quieren ceder la alcaldía. Las direcciones de los partidos tratan de aproximar posiciones. Se baraja desde el reparto de dos años de alcaldía para cada uno hasta una macroárea que otorgaría máximos poderes a Nadal a cambio de la cesión de la vara de mando a la socialista.

"A mí no me consta ninguna oferta. Quien tiene potestad para negociar es Munar, que quiere lo mejor para Palma y para UM", declaró desde la isla de Wight Miquel Nadal, quien disfruta el fin de semana de una de sus aficiones favoritas, la aviación. "No renunciamos a ninguna institución. Todas se negocian de manera global", reiteró ayer Antich en Madrid, ante los medios interesados por las cesiones que están dispuestos a hacer los socialistas en aras de un acuerdo de gobernabilidad. Ha trascendido que Calvo incluso ha buscado apoyos en la dirección federal del partido, donde remiten la responsabilidad de la negociación a la ejecutiva de las islas. Aunque en estos momentos, el escollo de Palma dificulta el avance global de los acuerdos, fuentes socialistas y uemitas consultadas auguran que las tensiones se acabarán disipando y se alcanzará un pacto.

El próximo sábado Palma estrenará consistorio, con la incógnita de quién sostendrá la vara de mando. Se da prácticamente por descartado un gobierno en minoría de Cirer, sólo factible en caso de desacuerdo entre UM, los socialistas y el Bloc. La composición del ejecutivo de Cort servirá para despejar otras incertidumbres.