La intención de la líder de UM, Maria Antònia Munar, de dejar la presidencia del partido en el congreso que prevé celebrar a finales de año está marcando la estrategia de pactos de la formación política, dado que Munar prefiere controlar este proceso interno de su partido desde la presidencia del Parlament. Así, UM está de acuerdo con que el PSOE presida el Govern y el Consell y participar en ambos gobiernos. El principal escollo con el que se están encontrando los dos partidos en las conversaciones es el Ayuntamiento de Palma, dado que el candidato de UM, Miquel Nadal, no está dispuesto a renunciar a la alcaldía.

Según confirmaron fuentes del partido, las afirmaciones de Munar de que UM no pedía cargos para alcanzar un acuerdo no eran declaraciones de cara a la galería, sino que obedecen a la idea de afrontar con tranquilidad la transición en su partido y fortalecerlo durante estos cuatro años para estar en condiciones de que la ausencia de su carismática líder en los próximos comicios autonómicos no tenga un coste en las urnas. En este contexto, Munar quiere la presidencia del Parlament con el fin de tener las manos libres para controlar la renovación en su partido y que los pactos permitan a UM mantener cuotas de poder participando en los distintos gobiernos, pero sin asumir las presidencias.

A la espera de que el líder del PP, Jaume Matas, concrete a UM una propuesta, las negociaciones con el PSOE están cada vez más avanzadas y, según fuentes socialistas, van por buen camino. En las conversaciones entre UM y los socialistas, según fuentes de ambos partidos, se plantea un reparto en el cual Munar sería la presidenta del Parlament, y los socialistas Francesc Antich y Francina Armengol asumirían la presidencia del Govern y del Consell respectivamente. En el caso de Palma, aún no se ha logrado encontrar una vía que Nadal acepte, dado que la socialista Aina Calvo mantiene su decisión de no ceder la alcaldía.

Ambos partidos han comenzado ya a tratar sobre la concreción de esa entrada de UM en los distintos gobiernos, que en el Ejecutivo balear se podría traducir en una vicepresidencia y dos carteras, según fuentes de ambas formaciones. La participación en el Consell está por definir. El Bloc, por su parte, asumiría conselleries aún sin concretar en el Govern y en el Consell.

Sin embargo, estos repartos quedarían en función de si se logra un acuerdo para el Ayuntamiento de Palma antes de 16 de junio, día en el que se constituye el Consistorio. En el caso contrario, se modificarían las propuestas en lo que se refiere a los cargos que asumiría UM, pero estos cambios no afectarían a las presidencias de Govern y Consell ni a la del Parlament.

Las propuestas que se barajan para el caso de Palma es que Calvo sea la alcaldesa con Miquel Nadal como primer teniente de alcalde o un acuerdo por el que ambos se turnarían, ocupando cada uno la alcaldía dos años. Esta última opción, sin embargo, encuentra reticencias en el PSOE, dado que dentro de nueve meses se celebrarán elecciones generales y los socialistas no desean que la figura de Calvo quede diluida ya que como cartel electoral ha logrado levantar al PSOE palmesano en las urnas.

Calvo ha dejado claro en todo momento que mantenía su decisión de no ceder la alcaldía como precio de un pacto. Nadal, quien el pasado sábado declaró que era "un hombre de partido" al preguntársele si cedería, sigue exigiendo sin embargo este puesto y cuenta para ello con el apoyo de UM de Palma, desde donde se esgrime que la posición de privilegio de UM tras las elecciones se debe en gran parte a los resultados obtenidos por Nadal.

Si no se lograra un acuerdo para el día 16, la popular Catalina Cirer saldría elegida alcaldesa con un gobierno en minoría, lo que supondría un balón de oxígeno para el PP. Esta situación abre una cuña en las negociaciones de UM y PSOE que juega a favor de Matas, quien aún no ha planteado a Munar una oferta.