El delegado de la Agencia Tributaria Raúl Burillo, presentó ayer la exposición que se ha abierto al público para conmemorar el 60º aniversario de la inauguración del edificio de Hacienda, en la calle Cecili Metel de Palma. Esta muestra contiene objetos curiosos, incautados por Aduanas porque su tráfico es ilegal, como animales protegidos que han sido disecados y que son los más aprehendidos por la Administración.

La exposición contiene tortugas marinas, una cría de cocodrilo, el cráneo y la mandíbula de un mono, una iguana y dos colmillos de elefante, que son "valiosísimos", dijo Burillo, sin poder precisar el valor que alcanzarían en el mercado. A estas piezas se suman unas catanas, también de alto valor, y próximamente se expondrán dos iconos religiosos rusos.

Son piezas decomisadas al ser intentada su introducción en las islas y, tras finalizar la intervención judicial, son enviadas a instituciones tales como museos o incluso zoológicos, si se trata de piezas vivas como el caso de un león que fue encontrado tiempo atrás. Los iconos rusos posiblemente serán entregados al país de origen, ya que están catalogados.

Los inspectores de Aduanas se ocupan de investigar las mercancías que entran en las islas y en muchos casos descubren objetos cuyo tráfico es ilícito, como el citado de animales protegidos. Recientemente han detectado envíos de muchos relojes falsificados que imitan a marcas reconocidas.

Raúl Burillo explicó que el edificio, inaugurado 60 años atrás, es una joya arquitectónica, y en su época, era el mejor edificio público de Palma. Las crónicas de la época lo describían como "un palacio esbelto, lleno de luz y amplitud". Las cuatro plantas suman 6.580 metros cuadrados, y cuenta con una cuidada construcción, en base a piedra de Binissalem y Santanyí. Fue inaugurado por las autoridades y en su primera época trabajaban 50 funcionarios. Hoy lo ocupan 200 personas, aunque buena parte de la plantilla ha sido distribuida por otros centros de trabajo.