La suspensión de todas las competiciones de pesca en aguas isleñas es una de las reclamaciones realizadas por el Grup Balear d´Ornitologia (GOB), tras la elaboración de un informe sobre los daños que está generando en el litoral del archipiélago una actividad económica "desbocada" y, en muchos casos, plagada de ilegalidades, según se señaló.

El director del Proyecto Estimar, Antoni Font, destacó la necesidad de adoptar medidas para poner fin al deterioro que se está dando en la costa, y recordó que ésta sigue siento el principal atractivo turístico de Balears.

Font señaló que el GOB no se opone a la pesca recreativa y deportiva, pero sí se defiende la necesidad de limitar el número de licencias existente en las islas (unas 40.000) o al menos regular la actividad, y se reclama la suspensión de todos los campeonatos que se celebran en las islas.

Igualmente, se señala la necesidad de prohibir la venta de las capturas, entro otras medidas para paliar el daño que se está ocasionado a la fauna. Además, se estima que casi un 30% de los pescadores lo hace si licencia. Igualmente, se destaca el daño que en muchos casos genera la pesca de arrastre.

Por lo que respecta a clubes y puertos deportivos, en el Estudio de los impactos de la actividad económica en Mallorca sobre el mar se destaca que sólo 10 de las 44 instalaciones de la isla cuentan con la certificación ISO 14001 de Gestión Ambiental y se apunta el deficiente uso que en ocasiones se hace con los materiales peligrosos, de ahí que se reclamen medidas para su tratamiento y una mejor gestión de los residuos generados por las embarcaciones.

Según Font, mayores aún son las deficiencias detectadas en los talleres y empresas de mantenimiento de embarcaciones, de ahí que se subraye la necesidad de separar y tratar adecuadamente los residuos peligrosos.

Presión sobre las playas

El informe del GOB denuncia también la presión que registran las playas de Mallorca, con una instalación de hamacas y sombrillas excesivamente permisiva -la mayoría de los expedientes abiertos por Costas se deben precisamente a este abuso-; la ubicación de chiringuitos y restaurantes en espacios que conllevan el desmantelamiento de dunas; o unos sistemas de limpieza que erosionan el ecosistema de la zona, de ahí que se reclamen limitaciones en relación a los puntos antes señalados o incluso la prohibición de algunas actividades, como la presencia de motos náuticas o el transito por los sistemas dunares.

El grupo ecologista reivindica también medidas restrictivas relacionadas con el turismo náutico y el buceo, como evitar el fondeo en las zonas de posidonias o asegurar el correcto tratamiento de los residuos.