La fiscalía reclama un total de 34,5 años de cárcel para los cuatro técnicos y dos empresarios acusados por el derrumbe del antiguo hotel Tívoli de s´Arenal, ocurrido en la mañana del 19 de enero del 2001 y que causó la muerte a dos obreros y heridas a otros cuatro, uno de los cuales sufre como secuelas una gran invalidez.

El ministerio fiscal acusa al empresario hotelero José Forteza-Rey, dueño del antiguo establecimiento y promotor de las obras de reforma que dieron pie al accidente laboral; a Joan Rigo, constructor; Juan Antonio Vila, arquitecto que redactó el proyecto; Angel Martínez, aparejador que controlaba los trabajos; Carlos Blanco, aparejador que redactó el proyecto de plan de seguridad y salud de la obra; y a Juan Prats, responsable de la empresa Disconsal, contratada por el constructor para velar por la prevención de accidentes y la salud laboral.

El ministerio público imputa a los seis encausados los mismos delitos: uno contra la seguridad de los trabajadores, por incumplir la normativa sobre la seguridad y salud en las obras de construcción; dos de homicidio imprudente por el fallecimiento de los dos trabajadores; uno de lesiones imprudentes con resultados muy graves por el alabañil que se ha quedado paralítico; y otros tres de lesiones imprudentes por los peones heridos de menor gravedad.

Sin proyecto y sin licencia

El ministerio público atribuye el derrumbe de uno de los dos bloques del antiguo hotel, el llamado B, a una serie de anomalías en el proyecto y ejecución de las obras. El hotelero quería reformar a fondo el establecimiento, que durante años había estado abandonado y cuya estructura se había degradado.

Sin embargo, el dueño únicamente habría pedido al Ayuntamiento licencia para arreglar el ala A. El arquitecto también está acusado de redactar un simple proyecto básico para este bloque y de no elaborar ningún tipo de directriz para el ala B, cuyo desplomé causó las víctimas.

De acuerdo con el fiscal, los trabajos en la zona B se hicieron sin ningún tipo de proyecto y sin haber calculado el estado de la estructura del edificio.

El vetusto hotel estaba construido por bloques de marés, que, según la acusación pública, no resistieron el aumento de carga que se hizo en el ala B y se debilitaron también por las máquinas empleadas en la reforma.