Los acuerdos que se pretenden negociar por parte de todas las fuerzas políticas van a verse teñidos por las acusaciones de corrupción que los partidos se han lanzado durante los últimos meses, y que han sido especialmente virulentas entre Unió Mallorquina y PP.

Cabe recordar que la candidata popular al Consell, Rosa Estaràs, se presentó a las elecciones con el compromiso de aprobar un Código del Buen Gobierno y con el eslogan Aire fresco, en referencia a la necesidad de regenerar la institución tras la presidencia de Maria Antònia Munar. Y UM no ha sido nada discreta a la hora de lanzar descalificaciones de igual calado contra sus socios del PP por el Caso Andratx y similares.

Pero este no ha sido un juego de dos. La candidata socialista, Francina Armengol, ha jugado también a distanciarse todo lo posible de la figura de Munar, al igual que Maria Lluïsa Mascaró, del Bloc. Los nacionalistas han estado en el punto de mira de los grupos de oposición por temas como la concesión de subvenciones o por la adjudicación del solar de Can Domenge.

Pese a haber sido cuestionada por todos, Maria Antònia Munar se ha convertido ahora en la aliada imprescindible a la que ya no se critica.