Según informó hoy el delegado del Gobierno en Baleares, Ramón Socías, en el transcurso de esta operación la Policía se ha incautado de siete kilos de cocaína y 135.000 euros.

Socías hizo estas declaraciones en la planta incineradora de Son Reus, donde acudió a presenciar la quema de 3.100 kilos de hachís interceptados recientemente en el municipio ibicenco de San José, en el transcurso otra operación.

La desarticulación de la supuesta red de tráfico de cocaína se inició el sábado 19 en el aeropuerto de Palma, con la detención de dos ciudadanos nigerianos, procedentes de un vuelo de Barcelona, según informa el Cuerpo Nacional de Policía en un comunicado.

Uno de estos dos sospechosos es considerado por la Policía como responsable del presunto grupo delictivo y el otro sería un supuesto correo contratado por la red para transportar la droga.

En este arresto se interceptó una maleta facturada en Mali, que llegó a Palma tras hacer escala en Argelia y Barcelona, en cuyo interior, oculto en un doble fondo, se halló un envoltorio con seis kilos de cocaína.

Once días más tarde, el miércoles 30, la Policía registró varios domicilios, en los que se halló otro kilo de cocaína, preparado para su supuesta venta a los consumidores.

Los agentes también se incautaron en estos registros de "una cantidad de dinero procedente de la venta de dicha sustancia, balanzas, varias maletas con signos evidentes de haber sido utilizadas para la ocultación de cocaína, teléfonos móviles, así como diversos útiles e instrumentos empleados para su manipulación", señala la nota informativa.

Entre los diez detenidos se encuentra un sospechoso de nacionalidad nigeriana, con antecedentes policiales por tráfico de drogas, que supuestamente sería responsable de la ocultación del dinero y la cocaína en un piso franco y de su posterior distribución.

En el conjunto de la operación se han realizado cinco registros domiciliarios y han sido confiscados 135.000 euros.

Socías señaló que esta operación y la llevada a cabo en Ibiza son una muestra de la "efectividad" de los cuerpos policiales, que siguen "con la guardia muy alta" en la lucha contra el tráfico de droga.

Además, para el delegado del Gobierno supone un evidencia del esfuerzo de esta institución por impedir que "Baleares sea puerta de entrada de droga", ya sea para su venta en las islas o la distribución en el resto de España y Europa.