Lorenzo Bravo dirige desde 1993 la UGT de Balears, sindicato centenario en las islas. A lo largo de la entrevista no rehuye la autocrítica y lamenta la pérdida del trato directo con los trabajadores.

-Acaba de lograr la reelección por cuarta vez consecutiva. ¿La UGT no le encuentra recambio o usted se siente pletórico?

-Nosotros no tenemos fecha de caducidad como los yogures. Soy el tercer secretario general de UGT en activo más antiguo de todas las comunidades autónomas. Entre ocho y doce años debe ser el plazo mínimo [de mandato] para garantizar una continuidad. Después de la época de divisiones internas, el sindicato está pasando por una racha buena y lo han visto los compañeros.

-Son el sindicato mayoritario en las islas con cerca de 18.000 afiliados cotizantes, pero representan a menos del 5% de los trabajadores ¿Por qué no despiertan más interés entre los asalariados?

-Somos malos vendedores de nuestro producto. Los sindicatos tenemos que ir más a los centros de trabajo. Hemos perdido el trato directo, el apoyo a los delegados y el contacto con los afiliados. También hay que tener en cuenta que Balears es uno de los lugares donde más precariedad existe. Éso se nota; se afilia mucha gente pero al mismo tiempo se dan de baja.

-¿Se han aburguesado?

-Yo diría que nos hemos acomodado más, o nos hemos burocratizado. Una de las cosas que más me preocupa es la sangría importante de grandes cuadros sindicales que no siguen conectados con la organización porque se prejubilan o se han ido a trabajar a sus empresas. Antes había una escuela de sindicalistas, una transmisión de conocimientos de los grandes líderes que ya no funciona como hace quince o veinte años.

-¿A esta situación ha contribuido que la clase obrera ha perdido la conciencia de clase?

-Dentro del mundo obrero hay muchas clases, está el trabajador rico y el pobre. No es lo mismo el que está en una empresa estable, con un empleo fijo y buen salario, que el emigrante, las mujeres jóvenes o el trabajador en precario. Como ya escribí en un artículo, son los nuevos proletarios. Yo creo que sigue habiendo lucha de clases, yo por lo menos así lo creo y por eso hago lo que hago. Ocurre que no sabemos transmitir a nuestros trabajadores ni a nuestros propios hijos de dónde venimos y lo que somos.

-Cada vez sufren más para movilizar a los asalariados. En la manifestación contra la política turística del Govern en septiembre del año pasado sólo participaron 300 personas.

-En aquella ocasión se hizo de manera un poco precipitada. No es tan fácil como antes, cuando se ponía un cartel y la gente salía a la calle. Ahora funciona mucho el diálogo, hablar con la gente para que sepan por qué se movilizan. También es cierto que, algunos [trabajadores] tienen el peligro encima y no lo ven.

-El Govern les ha convocado a distintas mesas de diálogo social cuyo resultado parece un brindis al sol. ¿Les utiliza para hacerse la foto y ustedes asienten?

-Cuando gobernaba el Pacto de Progreso nos criticaban porque éramos su correa de transmisión y ahora dicen que el PP nos encandila. Al menos UGT ha demostrado que es capaz de protestar y firmar con la izquierda y con la derecha. Es verdad que hemos sellado un plan de empleo que no es lo que pretendíamos, pero está claro que cada vez que me llame el president [Jaume Matas], iré, hasta que en un momento determinado le diga: ´No me llames más porque para esto no hace falta venir´.

-Durante el debate de la Comunidad, Matas les propuso un pacto turístico. ¿Qué exigencias van a plantear?

-Vamos a ir con condiciones previas: Si no son capaces de regular el ´todo incluido´, decidir qué pasa con el turismo residencial, con los cambios de uso, los fijos discontinuos, la promoción, etc... que no cuenten con nosotros. Ya nos tomaron el pelo el año pasado con la mesa de turismo, que se montó tres o cuatro veces. La idea del president me parece buena pero falta liderazgo empresarial. Durante 40 años la economía ha funcionado con mucha improvisación y los que tienen que liderar ésto se están largando y deslocalizando las empresas.

-¿Es tan grave la situación del turismo?

-Los tour operadores, los especuladores del territorio y los promotores nos están imponiendo un modelo -el ´todo incluido´, el turismo residencial...- . Todo éso no se analiza. Tenemos un enfermo encima de la mesa pero no nos ponemos de acuerdo sobre el diagnóstico. El Govern está detectando que hay movimientos importantes pero no se atreve a abordarlos porque no dispone de dinero para poner en marcha un plan estratégico y porque está pillado por a quien está sirviendo, los poderes importantes de esta Comunidad.

-¿Los sindicatos tienen problemas para introducir delegados sindicales en las empresas turísticas?

-Nosotros tenemos buena representación en todas las cadenas hoteleras importantes. Hay otros sectores, como el de los grandes almacenes, que son proclives a tener sus sindicatos domesticados. En algunos hay coacciones y presiones tremendas. Los sindicatos no hemos contestado contundentemente, pero cualquier día habrá una respuesta que enseñe a esos señores quién es el interlocutor.

-Se les acusa de ser poco beligerantes con la conselleria de Trabajo a raíz de los últimos accidentes laborales y sobre todo, con la figura del director general de Salud Laboral, Fernando Villalobos. Dicen que les han tapado la boca con las ayudas a la formación.

-Nosotros tenemos el Instituto de Formación y Estudios Sociales (IFES) que pasa controles europeos porque se ha especulado mucho sobre este asunto. Yo me precio y no tengo por qué ocultarlo que soy amigo personal de Fernando Villalobos, un buen experto. Mientras haya precariedad, ésto no lo salva ni la Virgen de Lourdes. Deberíamos implicarnos más, los agentes sociales y, sobre todo, las empresas. A nosotros no nos ha tapado la boca nadie. Lo intentó el PSOE con el tema de la PSV (el caso de la cooperativa de viviendas) y despedimos a Felipe González con una huelga general en el año 94.

-¿CCOO se llevó el gato al agua en la pasada huelga de la limpieza en el aeropuerto?

-Prácticamente no hay diferencia entre lo que nosotros firmamos solos [con la patronal] y lo que ellos consiguieron después de tres días de huelga y follones. Hubo algún dirigente de CCOO que apareció como caído del cielo sin saber dónde se metía. Cuando metió la pata y quiso sacarla tuvimos que ir todos de cabeza.

-¿Cómo es su relación con su homólogo de CCOO, José Benedicto?

-Extraordinaria pero reconozco que hay federaciones que tienen problemas, como la de administración pública. Llevamos una racha donde nosotros firmamos [convenios] y ellos no. Sin embargo, no te explican dónde está la diferencia.

-¿Qué le parece la renovación de Josep Oliver al frente de CAEB (Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears)?

-Ellos sabrán, casi lleva tanto tiempo como yo. Es una persona muy entrada en años, pero ése es un problema de la CAEB. Nos conocíamos de antes de acceder los dos al cargo y ya teníamos cierta confianza cuando negociábamos convenios, pero si va a seguir igual, a mí me preocupa. Hay muy poca interlocución con los trabajadores.

-UGT a nivel nacional ha cuestionado el Estatut catalán. ¿Qué opina usted?

-No he tenido oportunidad de leerlo. Me sorprenden los tertulianos cuando dicen que ´esto se hunde´ y no han leído ni una coma. Hay que tener paciencia, hicimos la transición extraordinariamente, los nacionalistas están aquí y habrá que convivir con ellos. Yo soy socialista y siempre he abogado por un Estado federal y republicano. Lo que me fastidia es que la reforma de los estatutos dé lugar a ciudadanos de primera y de segunda, se rompa la caja única de la seguridad social, y los servicios en educación y sanidad sean diferentes.

-Como militante del PSOE, ¿qué le parece Francina Armengol como candidata?

-No me gustaría pronunciarme en ningún sentido pero no me disgusta ni como persona ni como candidata. El PSOE será hábil para saber si tiene que ser Armengol o Xisco Antich. Con el PSOE tengo cierto malestar porque me gustaría que fuera más contundente. Después de la etapa del Pacto de Progreso, creo que pueden ir con la cabeza alta. Sufrieron una campaña de desprestigio de tres pares de narices. El PSOE necesita tener un mensaje claro y no pensar si puede gobernar aquí con los demás.

-¿El PP será una apisonadora en las próximas elecciones autonómicas?

-Yo he dicho que las dos organizaciones más fuertes, cohesionadas y que mejor funcionan en las islas son el PP y la UGT. Hay un lince, el que menea todo y no le están apreciando, que es José María Rodríguez [secretario general del PP de Baleares]. Es lo que le falta un poco al PSOE, dar el salto en la afiliación e implicación. El PP está metido en muchos estamentos de la sociedad, más de los que podemos imaginar. Aquí mismo [en la sede ugetista] tenemos militantes del PP.

-¿Qué le parece la hipoteca joven?

-Está encaminada a un sector de la sociedad de clase media alta. Un peón de albañil o un repartidor van a tener pocas posibilidades para acceder a ella.