Matas acusó a Rodríguez Zapatero de avivar "el rencor guerracivilista" y de repetir "el grave error de la Segunda República de aislar y casi expulsar del sistema al centro derecha". Le reprochó en tono irónico haber conseguir en tiempo récord "sembrar la discordia permanente y dividir a los españoles en un enfrentamiento cainita". "Sólo nos faltaría que perdiéramos Ceuta y Melilla para instalarnos definitivamente en otro 98", añadió Matas en su visión de España.