Un corazón virtual, una reproducción fiel de este órgano humano, que tiene latido, al que se le puede hacer un electrocardiograma o que permite cortar e intervenir sin miedo a que el paciente sufra o muera en la mesa de operaciones. Es un ejemplo de lo que la ciencia y la tecnología ha avanzado para evitar riesgos innecesarios, avances de los que también se aprovechan los más de cien expertos de BioSim para diseñar nuevos fármacos por ordenador y reducir los experimentos con ánimales de laboratorio y con seres humanos.

La biosimulación es la base con la que trabaja esta red europea de científicos que hasta ayer participaban en unas jornadas en Mallorca para exponer sus progresos. En estas reuniones, las ecuaciones sustituyen los experimentos en animales y humanos y numerosos datos representan las diferencias genéticas o ambientales de cada paciente. El resultado es que la creación de un fármaco se abarata y acelera y, por otra parte, que se pueden prever con más exactitud los efectos secundarios y evitar riesgos para la salud del paciente.

Raúl Toral es uno de los investigadores del Institut Mediterrani d´Estudis Avançats (Imedea) que participan en este gran grupo europeo de médicos, farmacéuticos, biólogos, físicos y matemáticos que pretenden crear fármacos con mayor rapidez y menor coste. Estas dos ventajas han animado a varias empresas a participar también en el proyecto, financiado por la Unión Europea con 11 millones de euros, con el que se podrían crear productos para enfermedades del corazón, neurológicas, diabetes y cáncer, explica el doctor Toral.

El investigador del Imedea, junto a sus colegas Emilio Hernández y Manuel Matías, se encarga de la variabilidad de un medicamento en diferentes personas, en saber cómo es el proceso por el que absorbe cada persona un fármaco. Raúl Toral añade que se trata de los "efectos estocásticos" y que están relacionados con las matemáticas de la física no lineal.

Y es que en el diseño de medicamentos por ordenador, la mayoría de experimentos clínicos se han substituido por ecuaciones indica el investigador del Imedea. Lo que resulta incomprensible para los profanos en estas cuestiones es, para los científicos de Biosim, una forma de "decidir sobre las dosis de los fármacos sin necesidad de hacer tantas pruebas en humanos".

Toral especifica que el diseño por ordenador no eliminará por completo los ensayos con animales y humanos, pero sí los reducirá y evitará riesgos de intoxicación farmacológica. Otra gran ayuda para el sector está relacionada con las mujeres embarazadas, indica Raúl Toral: "Se podrá saber si un medicamento pasa la barrera placentaria antes de darlo".

Cinco años para el proyecto

Los integrantes de BioSim tienen cinco años por delante para trabajar en el diseño virtual de fármacos, aunque no son novatos en esta materia. "No partimos de cero, algunas empresas ya lo hacen", comenta Toral sobre la creación de nuevos medicamentos a partir de simulaciones con ordenador.

La reunión en Mallorca ha sido la primera de los investigadores del proyecto. Durante tres días han presentado sus trabajos. Entre ellos, ha sorprendido a más de uno el corazón virtual con vida propia de Denis Noble, del departamento de Fisiología de la Universidad de Oxford.