El gobierno de Zapatero sostiene su ignorancia -fingida, dado el peso abrumador de los datos acumulados- sobre los incesantes vuelos de la CIA a Son Sant Joan. La naturaleza secreta de las operaciones dificulta su esclarecimiento. Sin embargo, la labor periodística en todo el mundo, y la detección fotográfica de los aviones prisión, ha permitido desentrañar su cometido. Como mínimo, Palma fue la base de lanzamiento de un secuestro. Desde Mallorca, el Boeing 737 del espionaje estadounidense recogió en Macedonia al súbdito alemán Khaled el-Masri, transportado a una cárcel de Kabul sin ningún control judicial. El procedimiento fue tan vergonzoso que la propia Condoleezza Rice se sintió obligada a disculparse ante el Gobierno germano. La fiscalía de Munich investiga lo ocurrido.

Hasta la fecha, este periódico ha desvelado una veintena de vuelos de la CIA a Palma, además de describir las ramificaciones a aeropuertos de Tenerife o Sevilla. Si bien las estancias -puesto que en la mayoría de ocasiones no se trataba de meras escalas técnicas- se inician durante la era Aznar, prosiguen con renovada intensidad a los pocos meses de la toma de posesión de Zapatero, y se prolongan por lo menos hasta el pasado mes de agosto. El PSOE y su fiscal general han obstaculizado con denuedo las investigaciones sobre el caso. La vicepresidenta Fernández de la Vega se manifestó con desdén sobre la denuncia efectuada en Palma.

No ha sido posible averiguar si otros secuestros tuvieron a Palma como punto de partida. También está por esclarecer si hubo detenidos en los aviones, cuando se encontraban en Palma. Otro de los aparatos que frecuentaron Son Sant Joan está ligado a la operación más estrepitosa llevada a cabo por la CIA. Los espías norteamericanos secuestraron a un clérigo islamista en Milán, a plena luz del día. Una jueza italiana ha solicitado la detención de una veintena de súbditos estadounidenses -incluidos algunos de extracción diplomática-, en conexión con la operación. El reactor utilizado, un Gulfstream, frecuentó Mallorca. La investigación judicial puede aclarar si su tripulación coincide con la desembarcada en la isla. El fiscal milanés Armando Spataro, máxima autoridad judicial italiana en la lucha antiterrorista, consideró que "las informaciones de este diario son muy interesantes".

El testimonio de los sospechosos, secuestrados sin intervención judicial, ha permitido rastrear el papel jugado por Mallorca en el entramado de la CIA. En prácticamente todos los casos, Son Sant Joan enlaza a países del tercer mundo donde la tortura es una práctica habitual. La subcontratación de los abusos a prisioneros es la característica de una iniciativa -las "extraordinary renditions" o "entregas extraordinarias"- gestada en la Casa Blanca. Los autores de los secuestros, seleccionados individualmente, responden ante Donald Rumsfeld .

Los testimonios de presos de Guantánamo -punto de destino de vuelos que salieron de Palma- han permitido constatar que por Mallorca pasaron especialistas libios en tortura. Su destino era la prisión estadounidense en la isla cubana, donde debían extraer confesiones de sus compatriotas. Aunque el tratado entre España y Estados Unidos concede un amplio margen a las misiones de Washington, no consta que el Boeing-737, los dos reactores Gulfstream y los dos turbohélices de la CIA hayan seguido los protocolos indispensables en estas misiones. En todos los casos a que ha tenido acceso este periódico, los aviones prisión se registraron como vuelos privados y aerotaxis.

La investigación superficial llevada a cabo por la fiscalía de Balears contrasta con el seguimiento efectuado por los medios más importantes del planeta. New York Times, Chicago Tribune, Los Angeles Times, Washington Post, Newsweek, CBS, BBC, Le Monde, Corriere della Sera, Der Spiegel o Süddeutsche Zeitung figuran entre las marcas que han verificado los vínculos entre la CIA y los secuestros.