El programa Hipoteca Joven está constituyendo uno de los más aparatosos éxitos del Govern en materia de ayudas sociales y favorecimiento del acceso a la vivienda. No obstante, persisten unas cuantas dudas que convendría despejar para redondear la eficacia de esta acción política. Por un lado sería oportuno que el Ejecutivo explicase cuál es el coste de esta operación y si su condición de avalista de lo que podrían convertirse en miles de préstamos hipotecarios va a suponer un gran o pequeño desembolso para las arcas públicas. Normalmente una entidad bancaria cobra elevadas comisiones por otorgar o tramitar los avales. Sería oportuno precisar de qué remanente de fondos dispone la Comunidad Autónoma para hacer frente a posibles impagos de los préstamos. El largo período de amortización de las hipotecas (hasta 40 años) entraña un riesgo de subidas de los tipos de interés. También cabría saber si el convenio se va a extender a otras entidades bancarias.