Las variables de la nocturnidad y la de que los fallecidos son jóvenes menores de 30 años van unidas al menos en la mitad de los siniestros con víctimas mortales que se producen en las carreteras de la comunidad autónoma, según ponen de manifiesto el conjunto de estadísticas presentadas ayer en la sede de la Delegación del Gobierno.

Hasta finales de septiembre se contabilizan en Balears 75 accidentes con un total de 83 víctimas mortales (frente a los 100 fallecimientos que se produjeron en todo el año 2004). Las cifras, que corresponden a las 24 horas siguientes a los siniestros, muestran una disminución de la mortalidad en las carreteras de la comunidad, a pesar de que se han incrementado los accidentes, afirmó el delegado del Gobierno, Ramon Socías, encargado, junto con la directora provincial de Tráfico, María Teresa Sau, de presentar los datos sobre siniestralidad en 2005.

Este año el 46,6% de los accidentes ocurrieron en horario nocturno y el 48,2% de sus víctimas mortales tenían menos de 30 años, los dos factores de "mayor riesgo". El delegado recordó que la muerte en la carretera es "la más frecuente" entre los jóvenes de entre 15 y 35 años.

De las 83 víctimas mortales, sólo 41 de ellas llevaba puesto el cinturón de seguridad.

Por islas, la evolución muestra que las Pitiüsas han sidos las únicas islas donde se han incrementado las víctimas, al pasar de 11 (3 jóvenes) en 2004 a a 22 (12 jóvenes) este año. Por el contrario, en Mallorca los fallecidos han disminuido: frente a los 75 (28 menores de 30 años) del año pasado, en éste se han producido 56 (24 jóvenes). Y en Menorca contrastan los 14 muertos (7 jóvenes) de 2004 con los 5 (4 jóvenes) del presente ejercicio. A nivel global, pues, Socías destacó que los muertos han descendido el 12% respecto a 2004.

Los conductores no respetan los pasos de peatones, siguen utilizando el móvil y sobrepasan los límites de velocidad, señaló Socías, por lo que, añadió, muchos accidentes se podrían evitar con mayor prudencia. De hecho, 3 de cada 4 siniestros los provocan el exceso de velocidad, la ingesta de drogas y las distracciones. Además, un tercio del total se producen en carreteras secundarias, en los recorridos de pequeñas distancias.

La diversión debe compatibilizarse con la circulación, advirtió Socías, quien dijo que el elevado parque móvil del archipiélago (casi hay un vehículo por habitante), el mayor del país, los meses turísticos y la deficiente red de transporte público inciden en la siniestralidad.