El president del Govern, Jaume Matas, abrió ayer el debate sobre política general de la Comunidad con un discurso que concluyó con la oferta de un gran "pacto social" para un "modelo turístico de futuro" y un acuerdo, entre todos los partidos, para "consensuar" una reforma del Estatut d´Autonomia que sirva para "defender los derechos de los ciudadanos de Balears".

Matas precisó que el acuerdo para el modelo turístico debe implicar, como mínimo, a los consells insulars, patronales y sindicatos, además de al Govern, y estar "ligado a la creación de riqueza, sostenibilidad medioambiental y adaptación a os escenarios futuros".

El compromiso para promover un pacto en este ámbito lo efectuó casi una hora después de que analizara la actual situación turística en Balears, afirmando que su proceso de recuperación es "incontestable". En un discurso de casi dos horas marcado por la constante comparación con la gestión del anterior Govern del Pacto, sostuvo que la recuperación turística se inició en 2003 -con la llegada del PP al Govern- y se "consolida" en 2005, después de que "entre 1999 y 2002, sólo en el caso del turismo alemán, se perdieran 923.000 turistas que prácticamente habremos recuperado este año". Este cambio, según el president, es fruto de la "recuperación del diálogo con el sector" y de una "enérgica acción de promoción".

El Govern del PP, según dijo, recibió "una economía que estaba por tierra" y en la actualidad "la recuperación económica y el proceso de convergencia con las tasas de crecimiento españolas y europeas" se ha consolidado. Así, en 2003 la economía balear creció "un 1,5% menos que el conjunto del España", el pasado año "la diferencia fue de un 1%" y este año "se situará alrededor del 0,6%", con la previsión de que en 2006 se siga reduciendo este diferencial.

A pesar de la recuperación turística, el jefe del Ejecutivo resaltó los cambios en la estructura de la demanda y oferta tradicionales, que obligarán a agentes sociales y administraciones a "asumir con coraje estas nuevas realidades para darles respuesta adecuada".

En cuanto a la reforma del Estatut, insistió que, en lo que se refiere a la financiación, debe producirse de "igual a igual". Agregó, en referencia implícita a Cataluña, que "si este debate entre todos, de igual a igual, se rompe porque alguno adquiere una situación de privilegio sobre los demás, solicito a esta cámara que nos pongamos de acuerdo para, especialmente en este caso, defender juntos los intereses de los ciudadanos de Balears".

Matas apeló a que la reforma estatutaria "no sea utilizada como arma de confrontación política" y que el texto que apruebe el Parlament sea "ratificado, no rectificado" por las Cortes.

Junto a ello, criticó la política del Gobierno central en cuestiones como carreteras, con la denuncia del convenio viario, o la falta de soluciones al transporte aéreo. No profundizó en el recorte de inversiones a Balears en el proyecto de presupuestos del Estado porque "hacer sangre en la herida contra el PSOE es un recurso fácil que, aunque rentable en términos políticos, no beneficia a los intereses de los ciudadanos".

El president abandonó el catalán para hablar en castellano sobre inmigración, defendiendo la "prosperidad" y "enriquecimiento humano y cultural" que conlleva aunque apelando a la necesidad de una "integración".

En conjunto, Matas se presentó en el ecuador de la legislatura al frente de un Govern de "gestión" eficaz, que "dialoga", con el que se ha logrado la "recuperación económica" y caracterizado por "la estabilidad política". Todas ellas características que contrapuso al Govern del Pacto, "incapaz" de dialogar con la sociedad, con políticas "incomprensibles" en turismo y otros ámbitos y "conselleries-taifas".