Una operación policial llevada a cabo en Palma ha sido crucial para la primera condena de terroristas islámicos vinculados al 11-S. En el medio millar de folios de que consta su sentencia, fechada el pasado lunes, la sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional otorga notable peso a las escuchas telefónicas realizadas en Palma. El sujeto de las intervenciones era Ahmed Brahim, argelino de origen y nacionalizado saudí que vivió durante catorce años en un lujoso ático del Paseo Marítimo. Actualmente está en prisión, como presunto financiero de Al Qaeda.

La sentencia cita explícitamente a Brahim en dos ocasiones, aunque en ambas escribe erróneamente su nombre. Primera lo llama Ahmed Brahini y, más adelante, Amed Brahin. El yerro ortográfico es sólo una pista sobre el desorden denunciado por la Audiencia, en el conjunto de las escuchas telefónicas. Los magistrados llegan al extremo de calificar el procedimiento como un "fraude de ley", restringiendo radicalmente su utilidad probatoria.

Tirando del hilo de las escuchas en Palma, se construyó un voluminoso sumario. En los antecedentes de hecho, la sentencia destaca que "las presentes actuaciones se encabezan" por las actuaciones en Mallorca. Los documentos que recogían las transcripciones fueron reproducidos por este periódico. Las intervenciones eran solicitadas por la Unidad Central de Información Exterior de la policía, y atendidas por los jueces de la Audiencia Nacional. En el fallo contra la célula islámica, los magistrados no ocultan su asombro ante la mecánica policial. Tan pronto como un juez ordenaba el cese de las iniciativas contra la libertad de comunicación de Brahim, los agentes solicitaban la misma medida en otro juzgado. Este comportamiento "constituye un paradigma de lo que no debe hacerse".

Ahmed Brahim llamó la atención de la policía a finales de 1998, después de que alojara durante varias noches en su ático de Palma a Mamdouh Mahmud Salim. Este iraquí era el lugarteniente de Bin Laden encargado de la consecución de armamento nuclear. Llegó a Mallorca poco después de los atentados contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania, que lanzaron a Al Qaeda a la cima del terrorismo mundial.

Avisada por las autoridades norteamericanas, que lograron la extradición de Salim -encarcelado actualmente en Estados Unidos-, la policía puso en marcha las escuchas. Tras varias prórrogas, la sentencia contra la célula siria encabezada por Abu Dahdah recuerda hoy que las intervenciones se interrumpieron en junio de 2000. El caos acompañó la acumulación y traducción de las cintas, amontonadas en sede policial.

Las conversaciones de Brahim, desde su sofisticado centro de comunicaciones palmesano, adquirieron nueva relevancia a raíz del atentado contra las Torres Gemelas, en septiembre de 2001. La sentencia de la Audiencia señala hoy que el juzgado de Baltasar Garzón ordenó "la reapertura" de las actuaciones interrumpidas, un año después de su paralización. Los dirigentes policiales "solicitaron la intervención de los teléfonos de Ahmed Brahini" en octubre. Al mes siguiente se procedía a la detención de la mayoría de los islamistas ahora condenados.