El grupo ecologista GOB denunció ayer el incumplimiento del plan de gestión de residuos sólidos urbanos, asegurando que, cuatro años después de su aprobación (en 2000), ni siquiera se han alcanzado los niveles de recogida selectiva de residuos establecidos en el propio plan ni se ha conseguido la minimización en la producción que se fijaba.

Así, el GOB mostró ayer su preocupación por el hecho de que la única solución que plantea el Consell de Mallorca ante el incumplimiento sea la apertura de dos nuevos hornos en la incineradora de Son Reus. Frente a esa postura, el GOB reclama, como mínimo, el cumplimiento del plan.

El portavoz del GOB, Miquel Àngel March, y Aina Llauger señalaron ayer que el balance de la vigencia del plan es negativo, "porque no se han alcanzado los objetivos (fijados por las propias administraciones) y algunos ni siquiera se han puesto en marcha, como la recogida selectiva de materia orgánica".

Concretamente, el plan de residuos preveía alcanzar, a estas alturas, la recogida selectiva del 38% de los residuos y en 2003 "sólo se alcanzaba el porcentaje del 13,39%, tres veces menos de lo previsto". En el caso de la materia orgánica, ni se ha empezado su recogida selectiva, cuando se preveía recoger el 56% de la generada".

En esta línea, el GOB señala que esa basura sin clasificar va incrementando cada vez más las dimensiones del vertedero de Son Reus, "que se ha convertido en un auténtico foco de contaminación", resaltó Aina Llauger. Según el GOB, es imprescindible la clausura progresiva del vertedero.

A juicio de la organización ecologista, Palma (Emaya) es la responsable "de que baje en el conjunto de Mallorca el porcentaje de recogida selectiva". Y, en este sentido, el GOB criticó que la capital esté muy por detrás de otros municipios en materia de residuos. Igual que Palma, otros municipios grandes, como Llucmajor, también es destacable la dejadez ante la problemática de los residuos. Palma sólo aporta el 47% del papel recogido selectivamente, el 29% del cristal y el 20% de los envases, en clara desventaja con la part forana.

En esta línea, Aina Llauger y Miquel Àngel March resaltaron como las políticas municipales comprometidas en el reciclaje y los resultados que arrojan "demuestran que puede hacerse". Por ejemplo, explicaron que Sant Llorenç presenta una media de 38 kilos de papel por persona y año y Sóller, sólo 5,2. En cristal, Artà recoge 32 kilos por persona y año y Llucmajor sólo cinco kilos.