Los vuelos que operaron en el aeropuerto de Palma sufrieron ayer serios retrasos, que superaron incluso las cuatro horas, aunque la media se ha situado en unas dos horas, afectando sobre todo a las operaciones aéreas que conectaban a Palma con los aeropuertos británicos.

La causa del problema se ha centrado en una avería que sufrió el radar del control aéreo de la localidad francesa de Burdeos, que es el que organiza el tráfico aéreo proveniente de Gran Bretaña.

Esta disfunción se produjo en el día de más actividad aérea de todo el año, lo que provocó notables trastornos a los pasajeros, sobre todo británicos y también algunos españoles. La avería se produjo sobre las 11 de la mañana e inmediatamente comenzaron las restricciones de vuelos.

Las demoras en las salidas y entradas comenzaron a generar la paralización de las actividades en Palma, a tal punto que después del mediodía, el aparcamiento de aviones de Son Sant Joan estaba colapsado, y lleno de aeronaves que estaban esperando autorización para despegar. Dado que no había sitio para aparcar, se empezó a frenar la salida de los vuelos desde otros aeropuertos, lo que generó más demoras.

La situación fue tal que el centro de control de tránsito aéreo de Palma decidió imponer restricciones hacia las seis de la tarde de ayer. A esa hora se producía el momento álgido de la jornada, con retrasos que han superado las cuatro horas. En el centro de operaciones de los autocares Transunión, por ejemplo, hacían maravillas para poder organizar la salida y entrada de autocares porque las previsiones ya no les servían para nada.

Las autoridades de Son Sant Joan han dado como demora máxima la de un vuelo a Londres-Gatwick, con cuatro horas de retraso. Algunas operaciones han superado las cinco horas de demora -como el caso concreto de un vuelo de First Choice-, aunque se debían a problemas propios de las compañías aéreas y no eran achacables a la avería de Burdeos.

Hacia las ocho de la tarde de ayer la situación era más estable, ya que el aparcamiento de aviones había liberado espacio y se podía operar con más normalidad. El aeropuerto informó a esa hora que en llegadas, 29 vuelos habían tenido demoras de más de una hora, 25 vuelos se retrasaron entre 31 y 60 minutos y 28 entre 16 y 30 minutos.

En el caso de las salidas, se recogía el dato de que 48 vuelos habían despegado con demoras de más de una hora, aunque la observación de las pantallas indicaba claramente que había retrasos de unas dos horas de media. Se daba la circunstancia de que ayer estaba previsto el paso de 146.500 pasajeros, lo que ya de por sí pone en apuros al aeropuerto, que tiene capacidad para atender a 150.000 viajeros en un solo día, es decir, que ya estaba en el límite. En Son Sant Joan se esperaba que hoy ya estuviera solucionado el problema técnico y se recuperara totalmente la normalidad.