La conselleria de Agricultura pidió ayer a los ganaderos que "extremen las precauciones" contra la fiebre catarral ovina o "lengua azul" ante la "aparición de las condiciones climatológicas" que propician la presencia del mosquito culicoide, cuya picadura transmite la enfermedad a los rumiantes.

En una nota, el departamento recomienda a los ganaderos mantener limpias las explotaciones, poner mosquiteras en los establos, retirar la basura de estos y mezclarla con superfosfato de calcio, además de usar insecticida en las instalaciones. Asimismo, indica la necesidad de aplicar insecticida de larga duración sobre los animales, cuando sea posible por edad y no hayan de ir al matadero, y de guardarlos en los establos por la noche.

Durante 2003 se detectaron 16 focos de esta enfermedad en Menorca, único lugar de las islas afectado, quedando controlado el último de ellos el pasado 8 de diciembre. Como medida preventiva se vacunaron 322.389 ovejas en el archipiélago, de las cuales 279.775 eran de Mallorca.

Además, Agricultura subraya que se ha prohibido el movimiento de animales vivos desde las islas hasta la península y destaca el incremento de fincas centinela de cuatro a diez, para conseguir "una detección precoz de la enfermedad".