La propuesta de eurorregión presentada oficialmente por Pasqual Maragall en octubre de 2003, en aquellos momentos candidato a la presidencia de la Generalitat, tiene muchas referencias económicas y muy pocas culturales o históricas. La idea básicamente pasa por "formar, sin centralismos, una región europea de 17 millones de habitantes que enlace Montpellier, Toulouse, Zaragoza, Barcelona, Valencia y Palma" y se propone que establezcan y potencien "los vínculos de esta región con el País Vasco y el sur de España, y entre la industria del norte de Italia, Portugal y el Magreb.

En esta línea, se pretende crear una "eurorregión económica, en los Pirineos y en la Mediterránea, un espacio de ordenación del territorio común, de promoción económica y de desarrollo de infraestructuras que incluya de forma voluntaria y en pie de igualdad a los ciudadanos de las regiones del Languedoc-Roussillon, Midi-Pyrénées y las comunidades de Aragón, Balears, Cataluña y Valencia.

En una conferencia pronunciada ante la Cámara de Comercio, Maragall, ya president, incidía en que "estamos en una situación como país en que si no aumentamos de tamaño, no saldremos adelante". Maragall lo tiene claro: "El reto de la internacionalización es encontrar el tamaño adecuado y los ritmos adecuados de mejora".

De ahí, la apuesta por la mencionada eurorregión. "Sin alta velocidad ferroviaria, buenas autopistas y buenas conexiones aéreas entre estas comunidades, ninguna de ellas conseguirá su óptimo económico".

En relación a la lengua la propuesta se limita a establecer el propósito de "promocionar las lenguas de sus respectivos territorios así como los proyectos culturales y de protección del patrimonio artístico compartido".

También se apuesta por el impulso a las redes de cooperación en el ámbito de la docencia y de la investigación.