El sector turístico, principal motor de la economía balear, necesita ser sometido a un proceso de "adaptación integral" para ajustarse a "cambios muy acelerados que condicionan nuestro futuro", según coincidieron ayer en admitir el Govern, las patronales y los principales sindicatos de las islas, tras la reunión mantenida en la Mesa del Diálogo Social para abordar este tema. Entre las iniciativas acordadas destaca la puesta en marcha de una campaña específica de inspecciones sobre la oferta residencial ilegal.

Al concluir el encuentro, todas las partes admitieron que la oferta turística presenta problemas -"si no fuese así, no estaríamos aquí", destacó el secretario general de CCOO-Balears, Josep Benedicto-, pero se subrayó la posibilidad de superarlos mediante la adopción de las medidas necesarias. Desde el Govern y la patronal incluso se insistió en la vigencia del modelo turístico balear, frente a las declaraciones que desde algunos sectores se han hecho sobre su agotamiento.

Entre los "cambios muy acelerados" antes señalados se apuntan la pérdida de fortaleza de los tour operadores, el incremento de los destinos competidores, la creciente segmentación de la demanda tanto en los periodos vacacionales como en los productos o el efecto del euros sobre los precios.

La vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, y el conseller de Turismo, Joan Flaquer -que acudieron a la reunión junto a los consellers de Hacienda y Trabajo, Lluís Ramis y Cristòfol Huguet- destacaron que la línea de trabajo que se va a abrir con los agentes sociales se centrará en la adopción de iniciativas en torno a seis puntos básicos: la implantación del 'todo incluido', el crecimiento de la oferta residencial alegal, la necesidad de facilitar la reconversión de las plazas obsoletas, el impulso al turismo náutico, la oferta complementaria y de necesidad de combatir la estacionalidad.

Actuaciones propuestas

El documento presentado ayer por el Govern ya incluye actuaciones concretas a adoptar, como el desarrollo de una campaña de inspecciones específica sobre la oferta residencial ilegal y un registro de propietarios y comercializadores, la adaptación de los planes territoriales para permitir la reconversión de los hoteles obsoletos, el desarrollo de nuevos productos, la mejora de la calidad hotelera y de la oferta complementaria, el impulso a la comercialización directa, y la implicación del Gobierno central en estos planes de actuación, con inversiones estatales y el desarrollo del régimen especial en materia turística.

Ahora los agentes sociales presentarán sus propuestas para incluirlas en el documento del Govern -el texto definitivo deberá quedar concluido durante el mes de septiembre- y se crearán grupos de trabajo mixtos para su desarrollo.

Los secretarios generales de UGT y CCOO en las islas, Lorenzo Bravo y Josep Benedicto, respectivamente, valoraron positivamente el informe presentado por el Ejecutivo autonómico, aunque advirtieron que su efectividad va a depender ahora de cómo se desarrollen las medidas previstas. Además, destacaron la necesidad de extender este pacto a otros sectores económicos.

Por parte de las patronales, el presidente de Caeb, Josep Oliver, y el secretario general de Pimeb, Juan José Díaz, destacaron la iniciativa como forma de analizar los problemas del sector, aunque el primero insistió en la necesidad de "no dramatizar" en este tema.

El conseller Flaquer también defendió la fortaleza del modelo balear, aunque admitió que una de las medidas más importantes a adoptar será la de facilitar la reconversión o la salida del mercado a aquellos establecimientos que se hayan quedado obsoletos, abriendo la posibilidad en último término de modificar su uso.

Finalmente, el titular de Trabajo, Cristòfol Huguet, anunció que al acabar la temporada se analizará la evolución del empleo en el sector ante la denuncia sindical de que empleos fijos se están convirtiendo en fijos-discontinuos.