El X Congreso del PSIB quedó ayer clausurado con la elección de una Ejecutiva en la que el líder del partido, Francesc Antich, ha dejado fuera al sector crítico, después de haber intentado hasta el último momento que aceptaran un acuerdo. La nueva dirección socialista, que obtuvo el 62,31 por ciento de los votos -resultado ligeramente superior al 61,5 por ciento con el que Antich fue reelegido el sábado secretario general- cuenta como novedad más destacable la creación de una vicesecretaría general, ocupada por la presidenta del Consell de Menorca, Joana Barceló, que se convierte así en la mano derecha de Antich.

La inclusión de Barceló, a quien los críticos llegaron a proponer que se enfrentara a Antich por la secretaría general, y el que se convierta en la mujer fuerte del partido puede facilitar que se logre cerrar las heridas que ha dejado abiertas este Congreso, que acabó con la misma división con la que empezó. El mensaje de Antich en su discurso de la clausura del cónclave socialista fue claro: "Tiendo una vez más la mano al diálogo a todas las agrupaciones socialistas y sobre todo a las que no nos han votado, porque para gobernar se necesita a todos".

Definió a la nueva Ejecutiva como una dirección que conjuga "la experiencia, juventud, ilusión y voluntad firme de superar las diferencias y dejar el partido bien preparado para gobernar en Balears en 2007". En la misma línea que el secretario de Organización nacional, José Blanco, destacó que "una de las prioridades más importantes será gobernar en Palma".

Para Antich, "el partido empieza una nueva etapa, sin autocomplacencias ni triunfalismos, con el reconocimiento de las diferencias y la firme voluntad de superarlas". A su juicio, "esta es una etapa más real y apasionante" para el PSIB ya que "cualquier paso pequeño para la unidad será un gran avance".

Así, el grueso de su discurso se centró en el reconocimiento de la división interna y su compromiso de hacer lo posible por poner paz en el partido. Antich estuvo negociando para la Ejecutiva hasta las 4 de la mañana del sábado y a las 8 de la mañana de ayer realizó nuevos intentos. La nueva dirección se cerró poco antes de que acabara el plazo para presentarla, sin que lograra que sus adversarios, salvo los de Llucmajor, aceptaran sus propuestas para tener representantes en la Ejecutiva, ninguna de las cuales incluía a los líderes del sector crítico. Al acabar el congreso, el secretario general reconoció que "no se ha podido culminar la integración", si bien dijo que había visto "actitudes" entre los críticos que "hacen posible que se pueda lograr" a partir de ahora.