Juan Carlos Alía, director gerente del Instituto Balear de Turismo (Ibatur), presentó ayer la dimisión, tras desvelar DIARIO de MALLORCA que el Govern cargó al presupuesto autonómico siete tiques de acceso a un club de alterne moscovita llamado Teatro Erótico Rasputín, visitado con motivo de una expedición del Ejecutivo a Moscú, encabezada por el president Jaume Matas y de la que formó parte el propio Alía. Aseguró que su salida respondía a una "decisión irrevocable" y se marchó sin desvelar los nombres de las otras seis personas que accedieron junto a él al complejo sexual con cargo a fondos públicos.

Alía, arropado por el jefe de prensa de la conselleria de Turismo y el director general de Comunicación del Govern, compareció ante los medios a las once y media de la mañana de ayer, tras una convocatoria de urgencia. Según relató, la visita al club de alterne ruso se produjo el pasado 25 de febrero. "Después de una cena oficial con un grupo de amigos decidimos ir a tomar una copa", recordó Alía, leyendo un folio que llevó preparado a la comparecencia. "Por indicación de algunas personas, que eran de nacionalidad rusa, presentes en el grupo de la cena, fuimos al lugar de referencia", prosiguió Alía, evitando el nombre de Rasputín.

Reserva de identidades

De la misma forma, se resistió a desvelar las identidades de las personas que le acompañaron. "Me permito pedir respeto por mi tiempo libre y mi vida privada y de las personas que me acompañaron". De acuerdo con la documentación remitida por la vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, al Parlament, la comitiva del Ejecutivo balear a la que se corresponden las "facturas pagadas a cargo de los presupuestos de la Comunidad Autónoma con motivo del viaje" la compusieron Jaume Matas, president del Govern; Joan Flaquer, conseller de Turismo; Juan Carlos Alía, director gerente de Ibatur, Francisco Salas; jefe de gabinete de la conselleria de Turismo; el jefe de prensa de la conselleria de Turismo y el escolta del president.

"Quiero dejar claro que ni el president del Govern ni el conseller de Turismo ni el escolta del presidente formaron parte del grupo que decidimos ir a tomar una copa. Ellos, al terminar la cena oficial, regresaron al hotel", afirmó Alía. Al reiterársele la petición de la identidad de las otras seis personas que le acompañaron en la visita al complejo sexual moscovita con cargo a fondos públicos, el director gerente de Ibatur se mostró tajante: "Sencillamente, no le voy a dar los nombres". Volvió a pedir "respeto por la vida privada y la de los demás". Se limitó a "repetir con rotundidad que ni el president ni el conseller de Turismo vinieron a ese sitio". Ni el conseller Flaquer, que tomó parte en la expedición moscovita, ni la vicepresidenta Estaràs que entregó las facturas al Parlament, hicieron declaraciones al respecto. El Govern remitió a los medios a la intervención de Alía.

"Soy el responsable de Ibatur, soy el que ha formado esas facturas y responsable de los gastos generados. Las facturas están firmadas por mí y soy yo quien debe dar la cara. No tiene porqué estar el conseller conmigo. Sé que tengo el respaldo del conseller y de los demás compañeros", aseguró Alía. Las facturas cuentan además con el visto bueno del jefe de sección dela Conselleria, al que compete la supervisión de las cuentas. Preguntado sobre la posibilidad de que Flaquer le pidiera una reconsideración de su marcha, Alía reprodujo la conversación mantenida con su superior. "Ya lo hemos hablado y le he dicho: lo siento, me voy".

Desconocimiento del ruso

"Mi error ha sido incorporar esas facturas del lugar al que fuimos al expediente oficial", comentó Alía, para quien se trata de "un error atribuible a la cantidad de facturas que se generan en viajes como estos y al hecho de estar en ruso". En un momento dado, aseguró haber pensado que se trataba de tiques de taxi.

Según expuso y adelantó en su edición de ayer DIARIO de MALLORCA, no son los únicos gastos lúdicos cargados a los presupuestos públicos. "Al revisar de nuevo el expediente he encontrado varias facturas de varias consumiciones en un local que asciende a 240 euros y que tampoco se debería haber admitido en el expediente porque forman parte de nuestra actividad privada en tiempo libre". Según sus cálculos, la cantidad imputada indebidamente a las arcas autonómicas por el viaje a Moscú asciende a "un total de 360 euros, una cantidad que la puedo asumir yo personalmente sin ninguna necesidad de imputarlo al expediente oficial". "Un error, ¿vale? Muchas gracias", dijo al dar por concluida la rueda de prensa.

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EL APUNTE

Una traducción, la clave para llegar

al club Rasputín

La documentación que permitió a DIARIO de MALLORCA desvelar el ya conocido como 'caso Rasputín' fue la repuesta entregada al Parlament por la vicepresidenta Rosa Estaràs a una pregunta del diputado socialista Antoni Diéguez sobre la comitiva y los gastos del viaje a Moscú con motivo del partido de la Uefa Real Mallorca-Spartak. El diario encargó a un conocedor del idioma ruso la traducción de los términos escritos en cirílico de las entradas del local. Además se consultó Internet y se contacto con el local y personas que conocen Moscú.