El plan puesto en marcha por la conselleria de Medio Ambiente para recoger la basura del litoral balear "es el camino", emprendido con "bastante retraso", asegura el director del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea), Joaquín Tintoré.

Para mejorar las tareas de limpieza que realizan este año 37 embarcaciones -ahora guiadas por el avión de observación Milana-, el Imedea identificará las fuentes de los desperdicios y los puntos en los que se acumula, a raíz de un convenio que firmará con el departamento de Jaume Font.

"Además de recoger la basura hace falta saber de dónde viene y a dónde va", explica Joaquín Tintoré, quien muestra su preocupación "como ciudadano e investigador" por las ingentes cantidades de desperdicios, principalmente plásticos, que acumulan las aguas del archipiélago, aunque prefiere esperar a contar con datos para señalar el origen de la basura. "Hay que identificar las fuentes y eliminarlas", es decir, "intentar aclarar la procedencia de los vertidos y facilitar datos de las corrientes marinas", que son las que trasladan de un sitio a otro los desperdicios, "pero no tiran los plásticos al mar", advierte Tintoré.

Optimizar la recogida

El convenio que rubricarán el Imedea y la Conselleria se hará a dos o tres años vista. Tintoré augura que dentro de un año ya se cuente con información que pueda adelantarse y sirva para contrastar la recogida de basura entre un año y otro, algo que por ahora no es posible hacer porque éste es el primer año en el que se ha procedido a ello. Los investigadores irán acumulando datos para poder predecir y estudiar las zonas de acomodación de los desperdicios, lo que resultará "útil para optimizar la recogida"; se podrán indicar incluso las mejoras horas para que trabajen las embarcaciones.

Se empezará por establecer una red de muestreo para poder garantizar si el agua es óptima para el baño, lo que en líneas generales se puede afirmar, dice Tintoré.