Mateu Soler, redactor jefe de las secciones de Palma y Part Forana de DIARIO de MALLORCA, falleció ayer a los 48 años de edad a consecuencia de una enfermedad que le fue detectada hace algo más de un año. Durante este tiempo luchó con optimismo y valor contra el mal con el apoyo de su familia y sin abandonar su pasión por el periodismo. El próximo lunes a las 19 horas se celebrará el funeral en la iglesia dels Dolors de Manacor.

Mateu Soler Santandreu nació en Manacor en 1955. Fue en su ciudad natal donde efectuó sus primeros estudios y terminó la educación secundaria en el instituto. También en Manacor conoció a su mujer, Jerònia Muntaner, con la que ha tenido dos hijos.

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona comenzó a ejercer la profesión en el diario Ultima Hora, rotativo en el que trabajó en las secciones de región, municipal, nacional y cierre.

Primeros pasos profesionales

Al mismo tiempo se convirtió en un colaborador habitual de Manacor Comarcal, una publicación local de la ciudad que Mateu Soler siempre llevó en su corazón. Desde este semanario hizo un seguimiento constante de la información municipal en los primeros años de vida democrática en los ayuntamientos y llegó a ocupar la función de redactor jefe. También escribió en A tota plana, otro semanario manacorí.

En abril de 1986 se incorporó a la redacción de DIARIO de MALLORCA. Su primer trabajo le llevó a la sección de nacional. Posteriormente se responsabilizó de la información municipal desde donde siguió los avatares relacionados con el último periodo de los tres mandatos de Ramon Aguiló en el Ayuntamiento de Palma. Reincorporado a la sección de nacional y cierre, en los años noventa ocupó la jefatura del departamento.

Desempeñó durante varios años la corresponsalía en Mallorca del diario Menorca.

En diciembre de 1996 fue ascendido a la categoría de redactor jefe y se hizo cargo de las secciones de Palma y Part Forana. El nuevo desafío profesional estaba hecho a la medida de sus deseos, ya que siempre fue un periodista que siguió con pasión los acontecimientos que ocurrían en los pueblos mallorquines, las noticias más cercanas al ciudadano. Desde su nueva responsabilidad relanzó la actividad de las delegaciones comarcales de Inca y Manacor y amplió la red de corresponsales en los pueblos de Mallorca.

También impulsó la celebración de debates sobre temas candentes de la actualidad local. El mayor éxito de los actos públicos del Club Diario de Mallorca organizados por Mateu Soler y su equipo en la Part Forana lo obtuvo con los debates preelectorales celebrados durante la campaña de las municipales de 2003. La masiva afluencia de público demostró el interés de los mallorquines por este tipo de confrontación de ideas políticas y proyectos.

En sus artículos de opinión, que durante varios años han acompañado las noticias más importantes publicadas en las secciones de las que era responsable, siempre defendió al ciudadano frente a las instituciones, denunció la dejadez municipal y apostó por una Mallorca respetuosa con el medio ambiente.

Opinión independiente

Unos cuantos ejemplos ilustrarán estas afirmaciones. El 13 de mayo de 2003 aplaudía el retorno del tren a su estimado Manacor sin dejar de aportar su visión crítica: "La iniciativa del Govern puede tener más aceptación de la prevista", pero, añadía, "sesenta minutos para cincuenta kilómetros de vía da una sensación de regreso al pasado más que de mirada al futuro". En enero de 2003 se refería al conflictivo aparcamiento de la plaza Porta de Santa Catalina: "Ahora que Cort está por la uniformidad -la reforma de la plaza de España, además de asesinar su encanto la ha igualado a zonas de reciente construcción- es motivo de satisfacción que un pedazo de Palma pueda preservar su personalidad". El 19 de septiembre de 2002 ironizaba sobre las rotondas que la conselleria de Obras Públicas del Pacto había previsto para la reforma de la carretera de Manacor: "Plantear una rotonda cada dos kilómetros... es buscar la histeria colectiva de los conductores".

Su aire despistado con las cuestiones organizativas contrastaba con su profundo conocimiento de las informaciones que afectaban a sus áreas de responsabilidad. Mateu Soler siempre mantuvo, desde su juventud, un espíritu crítico e independiente que se tradujo en su forma de ver las noticias y en la de expresar sus opiniones.