En un congreso -el X del partido- muchísimo más plácido que el de 2003, pero no por ello con menos sorpresas, el único candidato a suceder a Maria Antònia Munar, Miquel Nadal, salió ayer elegido nuevo presidente de Unió Mallorquina con 226 votos a favor, 73 en blanco y 3 nulos. El sistema de votación de la candidatura fue secreto, pudiendo votar sólo la papeleta con los nombres encabezados por Nadal, o una en blanco, siendo imposible poder votar en contra.

A la cita estaban convocados 315 compromisarios, de los que asistieron 302. Aprobaron por unanimidad la ponencia política y los cambios en los estatutos del partido, reduciéndose luego al 75% el apoyo a Nadal, la nueva ejecutiva y el nuevo consejo político.

Aunque oficialmente se quitó hierro al 25% de votos en blanco, en los pasillos algunas voces lo consideraban un porcentaje muy elevado, teniendo en cuenta que ayer no hubo alternativas como la que lideró en el último congreso el sector crítico, que obtuvo un 20% de apoyos. Más importancia daban otros a la cifra al recordar que finalmente se ha forzado una candidatura unitaria, integrando a las tres tendencias de UM -los más conservadores y continuistas, liderados por Nadal; los nacionalistas e ideólogos, con Miquel Ferrer al frente; y la tercera vía, promovida por la antigua cúpula del partido, con Guillem Ginard y Miquel Àngel Grimalt como cabezas visibles.

"Me lo esperaba", aseguró el flamante presidente al ser preguntado si le sorprendió la cuantía en blanco. "Creemos que en un congreso es bueno y positivo que haya un debate serio sobre los programas, pero también sobre las personas. Es legítimo que la gente que ahora no está dentro del equipo pueda expresar su discrepancia". Nadal señaló que "el tanto por ciento de los resultados es similar al del último congreso", añadió que "UM es un partido plural, y este debate enriquecedor demuestra que está vivo". Nadal minimizó el tema con este ejemplo: "Cuando la elección de secretario general del PSOE, entre José Bono y José Luís Rodríguez Zapatero, el segundo ganó por sólo 9 votos, y ahora es el presidente del Gobierno".

Insistido sobre la cuestión, el nuevo presidente la zanjó con una crítica velada al PSM: "No sé el motivo, desconozco por dónde vienen las discrepancias" -de los 73 votantes en blanco-, pero "me sabría peor cerrar un acuerdo ficticio por unanimidad, como otros partidos en un congreso en Manacor, y al cabo de pocos meses acabar destruidos y desunidos", aseveró.

Ayer todavía era pronto para sacar conclusiones certeras sobre lo sucedido, pero algunos ya adelantaban que "los que se han quedado fuera del mando del partido han fomentado el voto en blanco".

Fin del modelo unipersonal

El presidente electo quiso remarcar, como gran novedad de la nueva etapa de UM, que será la ejecutiva entrante "la que llevará el peso político del partido, sin órganos unipersonales", como sucedía hasta ahora con Munar. Esto se traduce en que a partir de ahora las decisiones importantes para UM las tomará la ejecutiva "de forma colegiada", y no sólo el presidente. El nuevo órgano, que se amplía de 11 a 15 miembros, estará compuesto, además de por Nadal, por Miquel Ferrer, elegido nuevo secretario general, y los dos vicepresidentes (cargos de nueva creación) Guillem Ginard y Miquel Àngel Grimalt. Completan la lista Josep Melià, Miquel Àngel Flaquer, Antoni Pascual, Margalida Miquel, Joan Cerdà, Cristina Cerdó, Rafel Gili, Catalina Julve, Bernat Bauzà, Mateu Cañellas y Miquel Ferrà.

El nuevo consejo político también sufre cambios, pasando de 45 a 70 miembros. El histórico Josep Lliteres intentó que también lo integraran los presidentes de las comisiones sectoriales (grupos de trabajo por temáticas). Fue sin éxito, pues los nuevos han primado la representación territorial. Sí prosperó una enmienda de Mateu Cañellas para que los municipios con más de 40.000 habitantes puedan crear comités por barrios.

El congreso terminó sobre las dos de la tarde, nombrando previamente a Munar como la nueva presidenta de honor de UM.