Felanitxer nacido en 1945 y fallecido el 7 de diciembre de 1997, ostentó el cargo de rector de la UIB durante trece años (de 1982 hasta 1995), y tanto su fuerte personalidad como su marcada ideología -nacionalista y ferviente defensor de los Països Catalans- impregnaron el balbuciente carácter de los primeros años de la Universitat. Hoy, justo cuando se cumplen diez años de su muerte, el alargado espectro del doctor Nadal Batle i Nicolau -experto en matemáticas, gestor universitario de luces y de sombras, o agitador de una sociedad mallorquina acusada no pocas veces de vivir empantanada en el autoodio cultural- todavía pulula por el campus, redefiniéndose a medio camino entre la fosilización de la historia y la entelequia del futuro ideal para la educación superior.

Pero, ¿cómo se percibe desde la UIB, a las puertas del nuevo Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) que entrará en vigor en 2010, la gestión rectoral de Batle? ¿Hasta qué punto sigue impresa su huella en el actual talante universitario? El debate se antoja, a priori, no poco arduo -atendiendo a las pasiones encontradas que genera el personaje-, aunque Llorenç Huguet, Avel·lí Blasco y Montse Casas, los tres sucesores de Nadal Batle como máximos responsables de la gestión universitaria, arrojan luz sobre los interrogantes.

El sucesor inmediato del rector de Felanitx fue el doctor Llorenç Huguet. Catedrático en Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, Huguet -que recuerda a su antecesor "con el respeto y la añoranza de haber perdido a un compañero de departamento"- llegó a la UIB precisamente a petición de Nadal Batle, reclamado desde su cátedra en la Autònoma de Barcelona. En 1995 se hizo con el bastón de mando de Son Lledó, que no ´soltó´ hasta 2003. Sobre la impronta de Nadal, el doctor Huguet no duda ni un ápice: "Fue positiva", afirma, para enumerar acto seguido dos de los puntales de sus logros como rector, "la creación del campus de la UIB, la decidida apuesta por la tecnología y el esfuerzo por conseguir una universidad moderna". Como queja, sólo una -aunque amarga-: "Lamento el final que tuvo, no fue acertado. Los 13 años de rectorado le pasaron factura, tanto que sufrió una moción de censura y una paralización de la administración universitaria". Aun así, Llorenç Huguet no olvida lo que significó y significa para la UIB y Balears la figura de su amigo: "Estuvo convencido, para el desarrollo del país, de la importancia de contar con una institución de enseñanza superior, y supo implicar a los poderes políticos justo cuando nuestra autonomía daba sus primeros pasos", remarca.

Para Avel·lí Blasco, catedrático de Derecho Administrativo y máximo responsable universitario desde 2003 hasta 2007, la figura de Nadal Batle ha sido decisiva no sólo en la construcción de la UIB, sino también "de la sociedad balear". "Nadal dirigió la UIB en un momento en que la Universitat vivía las fases decisivas de la infancia y la adolescencia", recuerda Blasco, para quien en aquel entonces se tomaron decisiones importantes. "Se implantaron unas carreras, se construyó acertadamente el campus fuera de Ciutat y se estableció un modelo de instauración y arraigo en la cultura y la identidad de las Illes Balears, con una incidencia especial en la cuestión de la lengua", explica Blasco refiriéndose al catalán. Al igual que Huguet, tampoco quiere obviar los puntos oscuros del mandato de Batle: "Su estilo fue muchas veces autoritario, y desde el rectorado había poco contacto con la base, así como un cierto distanciamiento de la gente más significativa de la UIB. Si el mandato no se hubiese alargado tanto probablemente no hubiese sucedido esto; de hecho, la reacción que generó fue un cambio en los estatutos en el sentido de que nadie pudiera ejercer por más de 8 años como rector". En cualquier caso, Avel·lí Blasco tiene clara una cosa sobre Nadal: las sombras no desmerecen su figura, "fundamental para nuestra sociedad".

La catalana Montse Casas, Catedrática de Física Atómica, Nuclear y Molecular, es la última inquilina de Son Lledó. "Cuando llegué al campus en 1983, hacía un año que Nadal era rector, y entonces se vivía el crecimiento del campus, de los estudios y del número de estudiantes", rememora. Y puntualiza: "La principal consecuencia de todo ello fue un importante impacto cultural, económico y social para Balears, y es que no podemos olvidar que no pocos consellers e incluso el president Antich se formaron en la UIB". Para ella, el acceso en 2010 al nuevo espacio educativo superior es un logro "de todos los equipos rectorales", incluido el de Nadal Batle.